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La anemia es un problema frecuente, y según cálculos, afecta a la tercera parte de la población mundial. En sí misma no es tanto una entidad patológica, sino más bien una manifestación de un trastorno primario. A nivel mundial las causas más comunes de la anemia son ferropenia, talasemia, hemoglobinopatías y deficiencias de folato. En Estados Unidos, las causas más frecuentes son ferropenia, talasemia y la anemia en las enfermedades crónicas. La anemia es un cuadro frecuente en la población general y además su prevalencia aumenta conforme envejecen los sujetos. Ante la enorme distribución del problema, muchos individuos anémicos serán atendidos en las salas de urgencias, sea por sus síntomas de anemia o porque ésta fue un hallazgo de detección casual.
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La anemia se define como la menor concentración de eritrocitos (RBC, red blood cells) a partir del nivel basal de la persona.1-5 En sujetos sanos la eritropoyesis normal asegura que el número de eritrocitos sea adecuado para cumplir con las necesidades de oxígeno del organismo y que su destrucción es igual a su producción. El promedio de longevidad de un eritrocito circulante es de unos 120 días. Cualquier proceso o trastorno que disminuya la producción, acelere la destrucción o aumente la pérdida de eritrocitos culminará en anemia si el organismo no genera eritrocitos nuevos suficientes para reponer la pérdida. En las personas con anemia es posible que intervengan varios mecanismos en su patogenia.
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La cuantificación de la concentración de eritrocitos se refleja en el número de ellos por microlitro, la concentración de hemoglobina o el valor hematócrito (porcentaje de la masa eritrocítica en relación con el volumen de sangre). El recuento normal de eritrocitos en adultos varía un poco en varones y en mujeres (cuadro 226-1). En términos generales, las concentraciones normales de hemoglobina son 1 a 2 g/100 ml menores en mujeres y varones de raza negra que en varones de raza blanca.1
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Se han planteado clasificaciones de la anemia basadas en mecanismos fisiopatológicos; en este terreno se reconocen cuatro categorías principales (cuadro 226-2).
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