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El tratamiento de personas con lesiones penetrantes o no penetrantes del cuello puede ser muy difícil. Las lesiones en apariencia leves, a muy breve plazo se tornan letales. Los daños no identificados y el diagnóstico tardío pueden ocasionar morbilidad y mortalidad graves. Los objetivos últimos del tratamiento son los mismos, pero cada mecanismo de lesión tiene sus consideraciones propias.
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El cuello contiene gran diversidad de estructuras vasculares, aéreas y digestivas y espinales en un espacio relativamente pequeño. Otras estructuras en la zona que son susceptibles de daño son las glándulas tiroides y paratiroides, los pares craneales más inferiores, el plexo braquial y el conducto torácico. Muchas de las estructuras en cuestión están muy cerca de la piel y, como consecuencia, son vulnerables de sufrir daño. Sólo la médula espinal tiene protección ósea.
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Se han hecho algunas clasificaciones anatómicas del cuello; por costumbre, los anatomistas lo han definido en triángulos anterior y posterior, divididos por el músculo esternocleidomastoideo (fig. 257-1). El triángulo anterior está delimitado por la línea media del cuello, el borde inferior del maxilar inferior y el borde anterior del músculo esternocleidomastoideo; dentro de dicho triángulo, se localizan muchas de las grandes estructuras vasculares y de la parte más alta del tubo digestivo: arteria carótida, vena yugular interna, nervio neumogástrico (vago), glándula tiroidea, laringe, tráquea y esófago. Los límites del triángulo posterior o supraclavicular son el tercio medio de la clavícula, el borde anterior del músculo trapecio y el borde posterior del músculo esternocleidomastoideo. El triángulo posterior incluye pocas estructuras vitales, salvo su base, en la cual están la arteria subclavia y el plexo braquial.
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Otra clasificación anatómica divide al cuello en tres zonas (fig. 257-2) y fue elaborada para orientar al clínico en el diagnóstico y el tratamiento de lesiones penetrantes. Algunos autores han hecho definiciones diferentes de las zonas y la clasificación más utilizada es la de Roon y Christensen.2 Según su definición, la zona I va desde las clavículas al cartílago cricoides. La zona I incluye arteria vertebral y zona proximal de la carótida, grandes vasos torácicos, porción superior del mediastino, pulmones, esófago, tráquea, conducto torácico y médula espinal. La zona II se extiende desde el borde inferior del cartílago cricoides para llegar, en sentido superior, al ángulo del maxilar inferior. Las lesiones en la zona mencionada pueden afectar las arterias carótida y vertebral, las venas yugulares, el esófago, la tráquea, la laringe y la médula espinal. La zona III está situada entre el ángulo del maxilar inferior y la base del cráneo. Estructuras que están en peligro de ser lesionadas en la zona III abarcan la región distal de la carótida y la arteria vertebral, la faringe y la ...