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INTRODUCCIÓN

Las caídas, las agresiones, los accidentes automovilísticos y las lesiones deportivas son los mecanismos más frecuentes de las lesiones genitourinarias contusas, en tanto que las heridas de bala y las heridas penetrantes son las causas más frecuentes de lesiones penetrantes.1 La mayor parte de las lesiones ureterales se deben a traumatismo penetrante.1-3 Las lesiones de la vejiga suelen deberse a fractura pélvica y se observan lesiones uretrales en 5 a 10% de las fracturas pélvicas.4 Los niños son más susceptibles a la lesión genitourinaria que la población general. Ellos carecen de tejido periadiposo y el tamaño del riñón es relativamente grande con respecto al tamaño general del cuerpo.5 El tratamiento apropiado reducirá al mínimo o evitará las complicaciones como la disfunción renal, la incontinencia urinaria y la disfunción sexual.6

MANIFESTACIONES CLÍNICAS GENERALES

Se lleva a cabo una valoración clínica ordenada y sistemática que permita la identificación oportuna y el tratamiento de las lesiones genitourinarias. Para evitar pasar por alto las lesiones genitourinarias se lleva a cabo una valoración genitourinaria exhaustiva en todos los pacientes con traumatismo múltiple. Debe valorarse el mecanismo de la lesión, realizar una exploración física enfocada y así obtener tanto imágenes diagnósticas apropiadas como pruebas de laboratorio.

ANTECEDENTES

Es importante investigar con detalle los antecedentes para determinar la hora y el mecanismo de la lesión y la magnitud de las fuerzas implícitas. El lugar en el asiento en los accidentes automovilísticos, la utilización de dispositivos de seguridad, la velocidad del vehículo y la forma en que ocurrió el choque proporcionan información vital con respecto a las fuerzas aplicadas a la víctima. Cualquier lesión causada por desaceleración rápida puede ocasionar daño vascular mayor y del parénquima del riñón y la vejiga, aun cuando no haya síntomas ni signos físicos. En el traumatismo penetrante, la información relacionada con el calibre del arma o el tipo de arma blanca que se utilizó ayuda a identificar la magnitud del daño. La longitud del arma, cualquier contaminación de la misma y si se encontró o no intacta o se retiró son componentes clave de los antecedentes.

La imposibilidad para la micción suele deberse a una vejiga vacía, o la incapacidad para orinar a causa del dolor, pero también puede deberse a perforación de la vejiga, lesión uretral o lesión de la médula espinal.

EXPLORACIÓN FÍSICA

Debe inspeccionarse el perineo durante el segundo examen. La sangre en las prendas interiores o en los calzoncillos es un hallazgo importante y puede ser signo de traumatismo de los genitales. Se inspeccionan los pliegues de las nalgas en busca de signos de lesión perineal, la cual tal vez esté relacionada con una fractura pélvica abierta. No hay que sondear profundamente las lesiones terminales pues tal exploración podría romper un coágulo. En un estudio ...

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