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ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA
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La pelvis tiene como funciones principales brindar protección, apoyo y participar en la hematopoyesis. Está compuesta de dos huesos coxales, a su vez conformados por iliaco, isquion y pubis; el sacro y el cóccix. Los dos huesos iliacos y el sacro forman una estructura anular, que es el elemento fundamental para conferir estabilidad a la pelvis, función que depende en gran medida de los potentes ligamentos sacroiliaco posterior (SI), y sacrociáticos mayor y menor (fig. 269-1). La sínfisis del pubis también confiere alguna estabilidad a la pelvis. Una hendidura o solución de continuidad en dicho anillo no origina inestabilidad, ni conlleva riesgo de desplazamiento importante, pero si dicho anillo muestra dos hendiduras, será una estructura inestable con peligro de desplazamiento.
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Las líneas iliopectíneas o arqueadas dividen la pelvis en dos segmentos: el superior o pelvis falsa que es parte del abdomen, y el inferior que es la pelvis verdadera (fig. 269-2). Además, la línea mencionada constituye un segmento importante del arco femorosacro que junto con los arcos subsidiarios (cuerpos de los huesos púbicos y sus ramos superiores) son un elemento de sostén del cuerpo en la posición erecta. En el sujeto sedente, es decir, sentado, las fuerzas de apoyo ponderal son transmitidas por el arco isquiosacro, al que se agregan sus arcos subsidiarios compuestos por los huesos del pubis, el ramo inferior del mismo y los ramos del isquion. En primer lugar se fracturan los arcos subsidiarios, en particular en la sínfisis del pubis, los ramos del pubis y el segmento que está por fuera de las articulaciones sacroiliacas. Dentro de la estructura pélvica están cinco articulaciones que permiten movimiento moderado al anillo óseo. Incluyen las lumbosacras, sacroiliacas y sacrococcígeas y la propia sínfisis del pubis. El acetábulo es una articulación enartrodia, dividida en tres segmentos: el iliaco o cúpula superior que es la principal superficie de descarga ponderal; la pared interna que abarca el pubis, que es delgada y se fractura fácilmente, y la zona posterior del acetábulo proveniente del isquion grueso y resistente.
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La pelvis tiene vascularización abundante. En ambos lados las arterias iliacas y los troncos venosos pasan cerca de las articulaciones sacroiliacas. Los nervios que se distribuyen en la pelvis provienen de los plexos lumbar y sacro. Cualquier lesión de la pelvis puede causar defectos en cualquier nivel, de las raíces nerviosas hasta las finas ramas periféricas (fig. 269-3). La porción inferior de las vías urinarias ...