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TENOSINOVITIS Y TENDINITIS
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La tenosinovitis y la tendinitis pueden presentarse en el pie, por lo general por uso excesivo. Los pacientes tienen dolor sobre el tendón afectado (figs. 282-3 y 282-4). Los afectados con más frecuencia son el flexor largo del dedo gordo, el tibial posterior y el tendón de Aquiles. El tratamiento consiste en reposo, hielo y NSAID.15 Las lesiones tendinosas por lo general necesitan referencia o interconsulta con un podiatra o un ortopedista para decidir el tratamiento.
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La tenosinovitis del flexor largo del dedo gordo suele afectar a bailarines de ballet, pero también se observa en corredores y en personas no deportistas. El cuadro clínico es similar al de la fascitis plantar y al síndrome del túnel del tarso. Se observa dolor posteromedial del tobillo, dolor de la porción interna del arco y un signo de Tinel positivo (véase antes descripción en el Síndrome del túnel tarsiano). El tratamiento suele ser quirúrgico.
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LACERACIONES DE TENDONES
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Las laceraciones de los tendones pueden deberse a una herida en la superficie dorsal o plantar del pie. Las laceraciones de los tendones deben explorarse y repararse cuando los extremos del tendón son visibles en la herida. Las reparaciones de los tendones en el pie son complejas y es necesaria la interconsulta con el servicio de ortopedia para la reparación.22,23
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Se debe aplicar un aparato de yeso en el pie en dorsiflexión después de la reparación de los tendones del extensor y en equino tras la reparación de los tendones de los flexores.
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El desgarro espontáneo de los tendones de Aquiles, del tibial anterior y del tibial posterior son relativamente frecuentes.22 La utilización crónica de corticoesteroides y fluoroquinolona son factores de riesgo para el desgarro espontáneo. El diagnóstico y el tratamiento apropiado de los desgarros de tendones se facilitan con los estudios de ecografía o MRI. Se debe obtener interconsulta con el servicio de ortopedia para su tratamiento.
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Los desgarros del tendón de Aquiles suelen deberse a dorsiflexión forzada y ocurren con más frecuencia en varones. Los pacientes presentan dolor, un defecto palpable en la zona del tendón e incapacidad para pararse sobre las puntas de los dedos. En condiciones normales, la compresión de la pantorrilla del paciente en posición de decúbito prono con la rodilla flexionada a 90 grados produce flexión plantar del pie (prueba de Thompson). Esta respuesta no ocurrirá en individuos con desgarro del tendón de Aquiles. En general, el tratamiento es quirúrgico en pacientes más jóvenes, y conservador (aparato de yeso en equino) en las personas mayores.22,23
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Los desgarros del tendón del tibial anterior son infrecuentes. Los desgarros por lo general ocurren después del cuarto decenio de vida y no son excesivamente dolorosos. Los pacientes presentan grados variables de caída del pie y un defecto palpable distal a la articulación del tobillo en la zona del tendón. En la mayoría de los casos, la discapacidad es mínima y no es necesaria la intervención quirúrgica.22
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Los desgarros espontáneos del tendón del tibial posterior también se presentan después del cuarto decenio de vida. Dos tercios de estos casos se presentan en las mujeres. El cuadro clínico suele ser crónico y lento. Los pacientes observan un aplanamiento gradual del arco, con molestias moderadas y edema sobre la porción interna del tobillo. La exploración revela la falta de prominencia normal del tendón y debilidad con la inversión del pie. A los pacientes les resulta imposible pararse sobre las puntas de los dedos. El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico, lo que depende de la duración del desgarro y las actividades del paciente.22
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El desgarro del flexor largo del dedo del pie se manifiesta como una pérdida de flexión plantar del dedo gordo. La necesidad de tratamiento quirúrgico dependerá de la ocupación y el estilo de vida del paciente.22
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El desgarro del retináculo peroneo puede ocurrir como resultado de traumatismo directo durante la dorsiflexión del pie. Además del dolor circunscrito al tendón del peroneo por detrás del maléolo externo, el paciente se queja de un chasquido al caminar a medida que se subluxa el tendón. Las lesiones del tendón del peroneo pueden originar inestabilidad lateral del tobillo. El tratamiento por lo general es la reparación quirúrgica.22