Es una leucodermia que se adquiere por contacto con productos fenólicos derivados del benceno, como la hidroquinona, un compuesto hidrosoluble muy inestable, pero principalmente con su éter monobencílico (monofenona), que genera despigmentación irreversible. Estas sustancias se usan en la preparación de guantes de caucho, sandalias y botas de hule, ligas, preservativos, ropa interior como fajas y sostenes, productos para revelado fotográfico, tintas de imprenta, uñas artificiales y cosméticos para manchas cutáneas. Otras sustancias fenólicas y catecoles se encuentran en detergentes, desinfectantes, insecticidas, aceites y resinas.
Al principio se produce una reacción aguda de tipo dermatitis por sensibilizantes, después de lo cual sobrevienen discromía local e ides (autoeccematización). Los productos populares con concentración al 4% tienen posibilidades de generar reacciones a hidroquinona.
Las sustancias actúan sobre el melanocito al interferir con la melanogénesis e impedir el efecto de la tirosinasa para que la tirosina se convierta en DOPA (cap. 1); también actúan en la oxidación; pueden producir destrucción de melanocitos, causada por metabolitos intermediarios que originan muerte celular por vacuolización de citoplasma y alteración de orgánulos. Sólo actúan en la formación de la nueva melanina, y se ha documentado disminución del número de melanosomas e incremento de las células de Langerhans. Esta forma de despigmentación ha tratado de explicarse por la teoría de autodestrucción de melanocitos, o por un mecanismo autoinmunitario. En exposición ocupacional prolongada puede tener efectos genotóxicos y causar cánceres hemolinfáticos como leucemia; en estudios en animales causa cáncer renal.
En la ocronosis los estudios ultraestructurales muestran depósitos de un material amorfo electrodenso en las fibrillas elásticas y degeneración de las mismas.