Puede curar sola. No hay medicamentos específicos. En las formas circunscritas se recomienda tratamiento por vía tópica, y en las generalizadas el mismo tratamiento aunado al sistémico. Se utilizan: lubricación, antihistamínicos, compresas húmedas, pomadas saliciladas, urea, calcipotriol (véase cap. 169), tacalcitol, nicotinamida, tazaroteno o alquitranes. Cuando fracasan los anteriores, se administra vitamina A en dosis altas, 150 000 a 300 000 UI/día durante dos meses, con reducción de la dosis e interrupción para evitar la toxicidad. Los retinoides se consideran de primera línea, aunque hay recurrencia en 17% (véase cap. 169). Se utiliza isotretinoína o acitretina, 0.5 a 1 mg/kg/día por vía oral hasta la remisión de los síntomas, y se continúa con dosis de sostén de 5 a 10 mg (cap. 2); también se usa alitretinoína. Ha llegado a utilizarse el metotrexato (véase cap. 169), 10 a 25 mg por semana en dosis única dividida en tres partes, que se administran cada 12 h; debe valorarse la proporción riesgo:beneficio. Muestra respuesta a psoralenos más luz ultravioleta A (PUVA), UVA1 y UVB de banda angosta, pero empeora con imiquimod. No está bien valorado el tratamiento con el método de Goeckerman (cap. 48), fotoféresis, ciclosporina A (véase cap. 169), metotrexato (véase cap. 169), azatioprina (véase cap. 169), estanozolol, ni con vitamina D3 (véase cap. 169). Se ensayan los medicamentos biológicos inhibidores del factor de necrosis tumoral-α (tumor necrosis factor-α [TNF-α]) (véase cap. 169), como infliximab, adalimumab, etanercept, y ustekinumab; en los pacientes con infección por HIV la pitiriasis muestra respuesta a los antirretrovirales.