El periodo de incubación varía desde una semana hasta 50 días. Se localiza en cualquier parte de la piel, de preferencia en cara, tronco y extremidades en niños, y en la parte baja del abdomen, muslos, pubis, glande y región perianal en adultos. Es excepcional en las palmas de las manos, plantas de los pies, boca y ojos; está constituido por lesiones de aspecto papular (neoformaciones) en general abundantes, de 1 a 3 mm hasta 1 cm, rara vez gigantes (de 3 cm); son semiesféricas, duras, del color de la piel o blanco-amarillentas, translúcidas y umbilicadas, y al exprimirlas dejan salir un material grumoso (fig. 108-1); por lo regular hay menos de 30, pero se han observado cientos e incluso pueden formar placas. A veces son inflamatorias, y en 10% se ha visto una reacción eccematosa perilesional (eccema moluscoide o dermatitis por molusco).
La evolución es crónica y asintomática; puede resolverse de manera espontánea en un plazo de seis meses a cuatro años. A veces existe prurito leve; el rascado causa autoinoculación (semeja fenómeno de Koebner). Rara vez estas lesiones remiten solas, y suelen mostrar recidiva. Si se localizan en los párpados pueden dar lugar a conjuntivitis o queratitis punteada; es controvertida la existencia congénita. En enfermos de SIDA, el número y tamaño aumentan con rapidez, y muchas veces tienen localización anogenital y extragenital (figs. 53-10a y 108-2 y 108-3).