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INTRODUCCIÓN

La función del sistema inmunitario es proteger al huésped contra invasión por organismos extraños al distinguir lo “propio” de lo “extraño”. Dicho sistema es necesario para la supervivencia. Un sistema inmunitario que funciona bien no sólo protege al organismo contra factores externos como microorganismos o toxinas, sino que también evita y repele ataques por factores endógenos, como tumores o fenómenos autoinmunitarios. Una respuesta inmunitaria normal depende de la coordinación cuidadosa de una red compleja de factores biológicos, células especializadas, tejido y órganos necesarios para el reconocimiento de agentes patógenos y la eliminación subsiguiente de antígenos extraños. La disfunción o deficiencia de componentes del sistema inmunitario conduce a diversas enfermedades clínicas de expresión y gravedad variables, que varían desde enfermedad atópica hasta artritis reumatoide, inmunodeficiencia combinada grave y cáncer. Este capítulo es una introducción a las complejas propiedades fisiológicas del sistema inmunitario y a las anormalidades que dan pie a enfermedades de hipersensibilidad e inmunodeficiencia.

ESTRUCTURA Y FUNCIÓN NORMALES DEL SISTEMA INMUNITARIO

ANATOMÍA

Células del sistema inmunitario

El sistema inmunitario consta de componentes tanto específicos como inespecíficos para antígeno que tienen funciones distintas pero superpuestas. Los sistemas inmunitarios mediado por anticuerpos y mediado por células proporcionan especificidad y memoria de antígenos encontrados con anterioridad. Las defensas naturales inespecíficas incluyen barreras epiteliales, eliminación mucociliar, células fagocíticas y proteínas del complemento. A pesar de su falta de especificidad, estos componentes son esenciales porque de ellos depende en gran parte la inmunidad natural contra una vasta gama de amenazas ambientales y microorganismos. El conocimiento de los componentes y de las propiedades fisiológicas de la inmunidad normal es esencial para entender los aspectos fisiopatológicos de las enfermedades del sistema inmunitario.

Los principales componentes celulares del sistema inmunitario son monocitos y macrófagos, linfocitos, y la familia de células granulocíticas, incluso neutrófilos, eosinófilos y basófilos. Derivadas de las células madre hematopoyéticas, estas células efectoras por completo diferenciadas tienen receptores de membrana para diversos quimioatrayentes y mediadores, lo cual facilita la activación de células blanco o la destrucción de las mismas.

Los fagocitos mononucleares desempeñan un papel fundamental en la respuesta inmunitaria. Los macrófagos tisulares se derivan de los monocitos sanguíneos y participan en el procesamiento de antígeno, la reparación de tejido y la secreción de mediadores vital para el inicio de respuestas inmunitarias específicas. Estas células, abundantes cerca de superficies mucosas que internalizan microorganismos y restos, viajan hacia órganos linfoides secundarios donde procesan ese antígeno y lo presentan en una forma reconocible a linfocitos T; además, funcionan como células efectoras para ciertos tipos de inmunidad tumoral. Los monocitos circulantes son reclutados hacia sitios de inflamación, donde maduran hacia macrófagos. Tanto los monocitos como los macrófagos contienen receptores para C3b (complemento unido activado) y la porción Fc tanto de la inmunoglobulina G (IgG) como de la IgE, que facilita la activación de estas células por ...

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