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INTRODUCCIÓN

La cirugía ortopédica comprende todo el proceso de atención del paciente quirúrgico que va desde la valoración diagnóstica y la preoperatoria, pasando por el acto quirúrgico, para continuar con el periodo posoperatorio y de rehabilitación. El método quirúrgico en sí sería la etapa decisiva en la atención del paciente, pero la calidad de la atención preliminar y de vigilancia son los elementos que culminarán en la cirugía exitosa.

ESTABLECIMIENTO DEL DIAGNÓSTICO

Anamnesis y exploración física

Sin lugar a dudas, la anamnesis y la exploración física siguen teniendo gran importancia en la valoración inicial del enfermo. Cada contacto asistencial en una institución o en el consultorio médico es una ocasión para el acopio de datos por medio del interrogatorio y la exploración física, ya sea consulta de primera vez o una visita subsecuente. La cabalidad de ambos asume nueva importancia ante la complejidad que en algunos países exige el cumplimiento de normas de diversa índole (entre otras, de tipo federal en Estados Unidos). Las normas exigen especificar el síntoma o enfermedad principal, que hay que definir en forma clara, porque es el elemento que rige la dirección que tomará el resto de la anamnesis y la exploración. En el interrogatorio deben identificarse las características fundamentales del problema, a fin de establecer si es médico y abarcar las exigencias subsidiarias para fines pecuniarios (paga o de otro tipo). También tienen importancia los antecedentes sociales y personales (médicos) porque cambian códices de facturación sin modificar necesariamente los resultados satisfactorios o de otro tipo de la atención. La exploración física debe abarcar los aspectos esenciales necesarios para el diagnóstico, y la confirmación de este último depende frecuentemente de los datos que se obtengan en esa fase, pero también hay que dejar constancia de aspectos como el estado de la piel y el riego sanguíneo, a pesar de que el proceso en cuestión también es parte de la valoración operatoria. La fase siguiente incluye técnicas imagenológicas y estudios de laboratorio. El aspecto más importante en esta etapa es utilizar las técnicas más rentables posibles, y al mismo tiempo cuidar la seguridad, la satisfacción y la comodidad del enfermo.

Estudios imagenológicos

A. Radiografías

Las radiografías constituyen el recurso diagnóstico más importante y rentable en el armamentario del ortopedista. Prácticamente en todos los pacientes hay que realizar una radiografía antes de solicitar estudios imagenológicos más complejos. En algunas situaciones, no hay dudas: por ejemplo, a un varón de 68 años que tiene dolor en la rodilla se le practicarán radiografías simples puesto de pie, en proyecciones posteroanterior con la rodilla en flexión (PA), lateral, y axial de rótula (Merchant). Si estos estudios muestran espacios intraarticulares normales, se solicitan otros estudios para confirmar o descartar posibles trastornos intraarticulares como el desgarro degenerativo de un menisco, en este caso, la resonancia magnética (MRI)....

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