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INTRODUCCIÓN

El campo de la ortopedia pediátrica incluye desde anomalías congénitas hasta lesiones del adolescente. Las manifestaciones fisiopatológicas de muchos de estos cuadros difieren de los problemas análogos en adultos, porque a ellos se agrega la dimensión del crecimiento. La relación del médico con el niño como paciente suele surgir en el contexto de una familia protectora, a diferencia de la relación más independiente que él establece con un adulto. La tendencia natural de los niños a ser activos y los procesos extraordinarios de regeneración del esqueleto inmaduro, hacen que a menudo no sea necesaria la rehabilitación formal después de operaciones o lesiones graves.

Guías en ortopedia pediátrica

Las normas siguientes pueden ser útiles en relación con los principios generales de ortopedia en niños:

  1. El hueso en crecimiento tiende normalmente a remodelarse por sí mismo, orientado hacia la configuración que tendrá en el adulto y tal fenómeno se produce con mayor rapidez en los niños de menor edad y en deformidades cerca de las epífisis. La remodelación es más rápida cuando la deformidad está situada en el plano de movimiento de la articulación más cercana.

  2. Las deformidades esqueléticas empeoran al persistir el crecimiento anormal (p. ej., después de daño permanente del cartílago de crecimiento), en particular cerca de áreas de crecimiento rápido como la rodilla; dicha característica es demasiado intensa en los niños de menor edad.

  3. Los niños toleran la inmovilización duradera mejor que los adultos y tienden a recuperar la movilidad de partes blandas de manera espontánea después de muchas lesiones.

  4. La consolidación de fracturas por lo común es más rápida y anticipable en el esqueleto que crece activamente, en comparación con la observada en el adulto.

  5. Las carillas articulares en niños por lo común toleran más irregularidades que las de los adultos. Aunque después de una lesión en la niñez pueden surgir cambios artríticos degenerativos, suele haber un intervalo asintomático de muchos decenios antes de que se manifieste clínicamente tal alteración.

  6. Muchas de las llamadas deformidades como el metatarsus adductus, la torsión tibial interna, la rodilla valga o la rodilla vara son en realidad variaciones fisiológicas que se corrigen de manera espontánea con el crecimiento. Por ejemplo, el “arqueamiento” fisiológico es frecuente y benigno; de modo típico, es simétrico, abarca el fémur y la tibia y es más notable en preescolares. Por lo regular se resuelve en forma espontánea cerca de los dos años de vida, pero en ese sentido hay enorme variabilidad. Cerca de los 36 meses casi todos los niños mostrarán espontáneamente la corrección. El clínico debe diferenciar entre los cuadros anteriores que no necesitan tratamiento y los que requieren intervención temprana.

TRASTORNOS PROPIOS DEL CRECIMIENTO

En el capítulo 1 se exponen en detalle los datos sobre el crecimiento general del esqueleto.

1. Desigualdad en la longitud de extremidades

Bases para el diagnóstico

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