++
El daño a un órgano inicia una serie de eventos que conducen a la reconstrucción del tejido dañado, incluyendo proliferación, diferenciación y migración de diversos tipos celulares, la liberación de citocinas y quimiocinas y el remodelamiento de la matriz extracelular. Entre las poblaciones celulares que participan en la respuesta al daño se encuentran las células madre y progenitoras endógenas. En condiciones de estado estable se mantiene un equilibrio en el que las células madre endógenas intrínsecas hísticas reabastecen a las células que mueren. Después del daño hístico, las células madre en órganos, tales como el hígado y la piel, tienen una capacidad extraordinaria para regenerar el órgano, mientras que otras poblaciones de células madre, como las del corazón y del cerebro, presentan una capacidad mucho más limitada para la autorreparación. En situaciones excepcionales, las células madre circulantes pueden contribuir a respuestas regenerativas a través de la migración a un tejido y la diferenciación en tipos celulares específicos para cada órgano. El objetivo de los tratamientos con células madre es promover el remplazo celular en órganos que se encuentran dañados más allá de su capacidad de autorreparación.
+++
ESTRATEGIAS GENERALES PARA EL REMPLAZO DE CÉLULAS MADRE
++
Al menos se pueden visualizar tres diferentes conceptos terapéuticos para el remplazo celular (fig. 90e-1). Una estrategia terapéutica consiste en la administración directa de células madre. Esto supone la inyección de células directamente en el órgano dañado, donde pueden diferenciarse al tipo celular deseado. De manera alterna, las células madre se pueden inyectar en forma sistémica porque tienen la capacidad de alojarse en los tejidos dañados siguiendo gradientes de citocinas y quimiocinas liberadas por el órgano enfermo. Una segunda estrategia es el trasplante de células diferenciadas derivadas de células madre. Por ejemplo, a partir de células madre se podrían generar islotes pancreáticos antes de trasplantarse a pacientes diabéticos y se podrían generar también miocardiocitos para tratar la cardiopatía isquémica. Una tercera estrategia supone la estimulación de células madre endógenas para facilitar la reparación. Esto podría lograrse mediante la administración de factores de crecimiento apropiados y de fármacos que amplifiquen el número de células progenitoras/madre endógenas que las dirijan a diferenciarse en los tipos celulares deseados o ambos. La estimulación de células precursoras es ya una realidad clínica en el sistema hematopoyético, donde factores como la eritropoyetina, el factor estimulante de colonias de granulocitos y el factor estimulante de colonias de macrófagos-granulocitos se utilizan para incrementar la producción de elementos sanguíneos específicos. Además de estas estrategias para el remplazo celular, otros métodos suponen la participación de las células madre para la generación de tejidos in situ o ex vivo, un proceso llamado ingeniería de tejidos (cap. 92e). Las células madre son también excelentes candidatos como vehículos para la genoterapia celular (cap. 91e). Por último, las células madre trasplantadas pueden ejercer efectos paracrinos en tejidos dañados sin diferenciarse y remplazar a las células perdidas.
++
++
El trasplante de células madre no es un concepto nuevo y ya es parte de la práctica médica establecida. Las células madre hematopoyéticas (cap. 89e) son las causantes de la repoblación a largo plazo de todos los elementos sanguíneos en receptores de trasplantes de médula ósea y el trasplante de células madre hematopoyéticas es el método ideal contra el que se miden otras modalidades terapéuticas de trasplante de células madre. El trasplante de células diferenciadas también es una realidad clínica y los órganos y tejidos con frecuencia se utilizan para remplazar a los tejidos dañados. Sin embargo, la necesidad de órganos y tejidos trasplantables supera al suministro disponible y el trasplante de órganos tiene un potencial limitado para algunos tejidos como el cerebro. Las células madre ofrecen la posibilidad de una fuente renovable para remplazar células de casi todos los órganos.
+++
FUENTES DE CÉLULAS MADRE PARA LA REPARACIÓN HÍSTICA
++
En estrategias regenerativas se pueden utilizar diversos tipos de células madre (cap. 88), incluyendo células madre (ES, embryonic stem), células madre pluripotenciales inducidas (células iPS), células madre de sangre de cordón umbilical (USC), células madre somáticas específicas para el órgano (p. ej., células madre neurales para el tratamiento del cerebro) y células madre somáticas que generan tipos celulares específicos para el órgano a tratar más que para el órgano donante (p. ej., células madre mesenquimatosas de médula ósea o células madre CD34+ hematopoyéticas para la reparación cardiaca). Aunque cada tipo celular tiene ventajas y desventajas potenciales, existen numerosos problemas genéricos en el desarrollo de cualquiera de estos tipos celulares para convertirse en una herramienta clínica útil y confiable.
+++
Células madre embrionarias
++
Las células madre embrionarias tienen el potencial de generar todos los tipos celulares en el cuerpo y en teoría no hay restricciones sobre los órganos que podrían regenerarse; éstas pueden autorregenerarse en forma infinita con lo que una sola línea celular con rasgos identificados de manera cuidadosa pudiera generar en potencia un número casi ilimitado de células. En ausencia de restricciones éticas o morales (véase “Aspectos éticos” más adelante), los blastocistos humanos no utilizados provenientes de clínicas de fertilización podrían ser empleados para derivar nuevas líneas de células madre embrionarias que sean pareadas inmunológicamente con receptores potenciales de trasplantes. De manera alterna, la transferencia nuclear de células somáticas (“clonación terapéutica”) pudiera utilizarse para crear células madre embrionarias que son genéticamente idénticas a las del paciente, aunque esta tarea ha sido imposible desde el punto de vista técnico con las células humanas. Sin embargo, las células madre embrionarias humanas son difíciles de cultivar y crecen con lentitud. Están comenzando a desarrollarse las técnicas para diferenciarlas en tipos celulares específicos. Las células tienden a desarrollar cariotipos anormales y otras alteraciones con cultivos más prolongados y las células madre embrionarias tienen el potencial de formar teratomas si todas las células no están comprometidas con los tipos celulares deseados antes del trasplante. Además, las células madre embrionarias humanas son éticamente controversiales y bajo estas bases, serían inaceptables para algunos pacientes y médicos, a pesar de su potencial terapéutico. No obstante, hay pocos estudios clínicos de células derivadas de ES en varios trastornos, incluida la degeneración macular, miopía y lesión de la médula espinal.
+++
Células madre pluripotenciales inducidas
++
El campo de la biología de las células madre se transformó con el descubrimiento de que las células somáticas adultas pueden convertirse (“reprogramarse”) en células pluripotenciales a través de la sobreexpresión de cuatro factores transcripcionales expresados de manera normal en células pluripotenciales (cap. 88). Estas células iPS comparten la mayor parte de las propiedades con las células ES, aunque existen diferencias definidas en la expresión génica entre las células ES e iPS. Al inicio se utilizaron virus para insertar factores de transcripción en células somáticas, volviéndolos inapropiados para el uso clínico. Sin embargo, se han desarrollado numerosas estrategias para eliminar este problema, incluida la inserción de mRNA modificados, proteínas o microRNA, en lugar de cDNA; el uso de virus no integradores como el virus Sendai; la inserción de transposones con los factores de programación, seguidos por su eliminación subsiguiente; y el uso de constructos virales flanqueados, seguido por tratamiento con Cre recombinasa para cortar esos constructos. Aún no se demuestra la seguridad de las células iPS en seres humanos, pero se planean estudios clínicos en degeneración macular y otros trastornos. Las ventajas potenciales de estas células son que el uso de células somáticas de pacientes daría origen a células iPS genéticamente idénticas a las del paciente y que las células no tienen las mismas restricciones éticas que las células ES. No está claro si las diferencias en la expresión génica entre las células ES e iPS tendrán algún impacto sobre su potencial utilidad clínica y serán necesarios estudios en ambos tipos celulares para resolver este punto.
+++
Células madre de cordón umbilical
++
Las células madre/progenitoras de sangre de cordón umbilical (USC) se encuentran disponibles con facilidad y en forma amplia y parecen asociarse con menor enfermedad de injerto contra hospedador comparadas con otros tipos celulares, como las células madre de médula. Presentan menos restricción de antígenos leucocíticos humanos que las células madre adultas de médula y tienen menor probabilidad de estar contaminadas con herpesvirus. Sin embargo, no está claro cuántos tipos celulares diferentes se pueden generar de células madre de sangre de cordón umbilical y no se cuenta con los métodos para diferenciar a estas células en fenotipos no hematopoyéticos. No obstante, hay estudios clínicos de estas células en docenas de trastornos, como la cirrosis, cardiopatías, esclerosis múltiple, quemaduras, apoplejía, autismo e isquemia crítica de una extremidad.
+++
Células madre multipotenciales órgano-específicas
++
Las células madre multipotenciales específicas de órgano tienen la ventaja de que ya se encuentran algo especializadas y puede ser más fácil la inducción de los tipos celulares deseados. Podrían obtenerse células del paciente y amplificarse en cultivo celular, eliminando los problemas asociados con el rechazo inmunitario. Las células madre son relativamente fáciles de cosechar a partir de tejidos, como la médula ósea y la sangre, pero difíciles en el caso de otros tejidos, como el corazón y el cerebro. Sin embargo, estas poblaciones de células son más limitadas en potencialidad comparadas con las células iPS o pluripotenciales y pueden ser difíciles de obtener en grandes cantidades a partir de muchos órganos. Por tanto, se han realizado importantes esfuerzos para desarrollar técnicas a fin de utilizar poblaciones de células madre más fáciles de obtener, como las células madre mesenquimatosas (MSC, mesenchymal stem cells) de médula ósea, células madre hematopoyéticas CD34+ (HSC), células mesenquimales cardiacas y las células madre adiposas (ASC), para su uso en estrategias regenerativas. La evidencia en cultivo hístico sugiere que estas poblaciones de células madre pueden ser capaces de generar tipos celulares diferenciados no relacionados con su fuente orgánica, incluyendo miocitos, condrocitos, células tendinosas, osteoblastos, miocardiocitos, adipocitos, hepatocitos y neuronas, un proceso conocido como transdiferenciación. Sin embargo, aún no está claro si estas células madre son capaces de generar tipos celulares diferenciados que se integren en órganos, sobrevivan y funcionen después del trasplante in vivo. Varios estudios iniciales de MSC trasplantadas al corazón, hígado y otros órganos sugirieron que las células se diferenciaban en los tipos celulares específicos del órgano con efectos provechosos en los modelos animales de la enfermedad. Por desgracia, los estudios ulteriores revelaron que las células madre sólo se habían fusionado con las células residentes en los órganos y que los efectos provechosos observados se debían a la liberación paracrina de citocinas tróficas y antiinflamatorias. Se necesitarán más estudios para determinar si la transdiferenciación de las MSC, ASC y otras poblaciones de células madre ocurre con una frecuencia suficiente para que estas células sean útiles en el tratamiento de remplazo celular. A pesar de los problemas remanentes, se realizan estudios clínicos de MSC, HSC autólogas, USC y ASC en muchos trastornos, como la cardiopatía isquémica, miocardiopatía, diabetes, apoplejía, cirrosis y distrofia muscular.
++
A pesar de la fuente de las células madre utilizadas en estrategias regenerativas, existen numerosos problemas genéricos que deben superarse para el desarrollo de aplicaciones clínicas exitosas. Estos problemas incluyen el desarrollo de métodos para generar grandes cantidades confiables de tipos celulares específicos, que disminuyan al mínimo el riesgo de formación de tumores o la proliferación de tipos celulares inadecuados, que aseguren la viabilidad y la función de las células injertadas, sorteando los problemas del rechazo inmunológico cuando no se utilicen autoinjertos y que faciliten la revascularización de los tejidos regenerados. Cada sistema de órganos también tiene problemas específicos para cada tejido para los tratamientos con células madre.
+++
APLICACIONES DE LAS CÉLULAS MADRE ESPECÍFICAS PARA ENFERMEDADES
+++
Cardiopatía isquémica y regeneración de miocardiocitos
++
A causa de la prevalencia de cardiopatía isquémica, se han realizado grandes esfuerzos para desarrollar estrategias de remplazo celular de miocardiocitos. Desde hace mucho tiempo, el corazón adulto se ha visto como un órgano completamente diferenciado sin capacidad de regeneración. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el corazón tiene la capacidad de lograr bajos niveles de regeneración de miocardiocitos (cap. 265e). Esta regeneración al parecer se logra por las células madre cardiacas residentes en el corazón y posiblemente por las células que se originan en la médula ósea. El corazón puede ser una fuente ideal de uso terapéutico, sin embargo, no se han perfeccionado las técnicas para el aislamiento, identificación y amplificación de grandes cantidades de estas células. Para lograr una reparación del miocardio, el tratamiento con células madre debe proporcionarse con células de forma sistemática o localmente y las células deben sobrevivir, injertarse y diferenciarse en miocardiocitos funcionales, con acoplamiento mecánico y eléctrico con el miocardio receptor. El método óptimo para el suministro de tales células no está claro y diversos estudios clínicos y experimentales han tenido éxito al utilizar inyecciones intramiocárdicas, transendocárdicas, intravenosas, intracoronarias y venosa coronaria retrógrada. En el infarto experimental del miocardio, se ha logrado mejoría funcional después del trasplante de diferentes tipos celulares, incluyendo células madre: embrionarias, mesenquimatosas, hematopoyéticas, mesenquimales cardiacas y adiposas (ASC). Estudios iniciales sugirieron que cada uno de estos tipos celulares podría injertarse y generar miocardiocitos. Sin embargo, la mayoría de los investigadores han encontrado que la generación de nuevos miocardiocitos por estas células es, en el mejor de los casos, un evento poco común y que la supervivencia del injerto es mala en periodos largos. La evidencia predominante sugiere que los efectos beneficiosos de la mayor parte de las modalidades terapéuticas experimentales no se derivaron de la generación directa de miocardiocitos a partir de las células madre, sino por los efectos indirectos de las células madre sobre las células residentes. No está claro si esto refleja la liberación de factores tróficos solubles, inducción de la angiogénesis, la liberación de citocinas antiinflamatorias u otro mecanismo. En varios estudios se han utilizado varios métodos de suministro celular, tipos celulares y dosis de células pero aún se desconoce el destino de las células así como los mecanismos por los cuales alteran la función cardiaca. Sin embargo, estos estudios han mostrado una mejoría pequeña pero mensurable en la función cardiaca y en algunos casos, una disminución en el tamaño del infarto. En suma, la evidencia disponible limitada sugiere que los efectos clínicos beneficiosos reflejan probablemente un efecto indirecto de las células trasplantadas más que un remplazo celular genuino.
++
Los éxitos con el trasplante de páncreas y de células de los islotes han dado prueba del concepto de tratamientos basados en células para la diabetes tipo 1. Sin embargo, la demanda de donantes de páncreas excede con mucho el número disponible y la supervivencia del injerto a largo plazo es todavía un problema. Por tanto, ha sido intensa la búsqueda de una fuente renovable de células madre capaces de regenerar islotes pancreáticos.
++
El recambio de células beta pancreáticas ocurre incluso en el páncreas normal, aunque se mantiene en controversia la fuente de nuevas células beta. Este recambio persistente sugiere que en principio, debe ser posible desarrollar estrategias para reconstituir la población de células beta en los diabéticos. Hasta el momento han fallado los intentos por crear técnicas que favorezcan los procedimientos regenerativos endógenos mediante el uso de combinaciones de factores de crecimiento, fármacos y genoterapia, sin embargo, permanece como una estrategia potencialmente viable. Numerosos tipos celulares diferentes son elegibles para su uso en estrategias de remplazo de células madre, incluyendo células iPS, células ES, células progenitoras hepáticas, células progenitoras de los conductos pancreáticos y MSC. El éxito de la modalidad terapéutica dependerá del desarrollo de una fuente de células que puedan amplificarse para producir una gran progenie con la capacidad de sintetizar, almacenar y liberar insulina cuando se necesite, principalmente en respuesta a cambios en las concentraciones de glucosa. La capacidad proliferativa del remplazo celular debe estar estrechamente regulada para evitar una excesiva expansión del número de células beta con el consecuente desarrollo de hiperinsulinismo e hipoglucemia; más aún, las células deben soportar el rechazo inmunitario. A pesar de que se ha reportado que las células ES e iPS pueden diferenciarse en células que produzcan insulina, estas células tienen poco contenido de insulina, una tasa alta de apoptosis y en general no tienen la capacidad de normalizar la glucosa sanguínea en animales diabéticos. Por tanto, las células ES e iPS no son útiles para la producción a gran escala de células de islotes diferenciadas. Durante la embriogénesis, el páncreas, hígado y tubo digestivo derivan del endodermo anterior y en numerosas condiciones patológicas se ha observado la transdiferenciación del páncreas a hígado y viceversa. Hay también evidencia importante de que las células madre multipotenciales residen dentro de las glándulas gástricas y de las criptas intestinales. Estas observaciones sugieren que las células precursoras hepáticas, pancreáticas y/o gastrointestinales pueden ser utilizadas en forma razonable para el tratamiento con células en casos de diabetes, aunque no está claro si las células productoras de insulina derivadas de células madre pancreáticas o de progenitores hepáticos puede expandirse in vitro a cantidades útiles en la clínica. Se ha informado que las MSC y las células madre neurales tienen la capacidad para generar células productoras de insulina, sin embargo no existe evidencia convincente de que cualquiera de estos tipos celulares sea de utilidad clínica. Están en desarrollo estudios clínicos con MSC, USC, HSC y ASC en diabetes tipo 1 y tipo 2.
++
Se ha logrado un importante progreso en el desarrollo de metodologías para generar células neurales de diferentes poblaciones de células madre. Las células ES o iPS humanas se pueden inducir para generar células con propiedades de células madre neurales y estas células originar neuronas, oligodendroglia y astrocitos. Se pueden trasplantar en el cerebro de roedores una cantidad razonablemente grande de estas células con la formación de tipos celulares apropiados y sin formar tumores. Las células madre multipotenciales presentes en el cerebro adulto también se pueden amplificar con facilidad en número y utilizarse para generar todos los principales tipos celulares neurales, sin embargo la necesidad de obtener células autólogas es una limitación mayor. Una alternativa son las células madre neurales fetales derivadas de abortos espontáneos o inducidos, pero pueden surgir preocupaciones éticas. No obstante, se iniciaron estudios clínicos de células madre neurales fetales en esclerosis lateral amiotrófica (ALS, amyotrophic lateral sclerosis), apoplejía y varios trastornos más. Muchos investigadores han informado sobre la transdiferenciación de MSC y ASC en células madre neurales y viceversa, y ya comenzaron los estudios clínicos con tales células en diversas enfermedades neurológicas. También se llevan a cabo estudios clínicos de una línea celular humana inmortalizada de manera condicional y de USC en apoplejía. Debido a la naturaleza incapacitante de los trastornos neurales y la limitada capacidad para la reparación endógena del sistema nervioso central, ha habido numerosos estudios clínicos de células madre en trastornos neurológicos, incluidos los realizados en lesión medular, esclerosis múltiple, epilepsia, enfermedad de Alzheimer, ALS, etapa aguda y crónica de la apoplejía, muchos trastornos genéticos, lesión cerebral traumática, enfermedad de Parkinson y otros. En enfermedades como la ALS, es más probable que los posibles beneficios se deban a los efectos tróficos indirectos que al remplazo neuronal. En la enfermedad de Parkinson, las principales características motoras del trastorno se deben a la pérdida de una sola población celular: las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra; esta circunstancia sugiere que el remplazo celular debe ser sencillo. Sin embargo, dos estudios clínicos de trasplante de sustancia negra fetal fallaron en cumplir su objetivo primario y se complicaron con el desarrollo de discinesia. El trasplante de células productoras de dopamina derivadas de células madre ofrece numerosas ventajas potenciales sobre los trasplantes fetales, incluyendo la capacidad de las células madre para migrar y dispersarse dentro del tejido, el potencial para diseñar una liberación regulada de dopamina y la capacidad para crear células productoras de factores que incrementen la supervivencia celular. Sin embargo, la experiencia con trasplantes fetales señala las dificultades que pueden encontrarse. Al menos algunas de las disfunciones neurológicas después del daño a la médula espinal reflejan la desmielinización y tanto las células ES como MSC son capaces de facilitar la remielinización después del daño experimental a la médula espinal (SCI, spinal cord injury). En varios países se han comenzado estudios clínicos de MSC para esta enfermedad y puede ser la primera enfermedad para el uso clínico de células ES. Sin embargo, los estudios con células ES en SCI se interrumpieron por razones no médicas. A la fecha ninguna población de células madre trasplantadas ha mostrado que tenga la capacidad para generar neuronas que extiendan axones a largas distancias para formar conexiones sinápticas (como sería necesario para remplazar a las neuronas motoras superiores en ALS, apoplejía y otros trastornos). Para muchas lesiones, incluida la SCI, el balance entre la formación de cicatriz y la reparación o regeneración hística resulta una consideración importante. Por ejemplo, al final podría ser necesario limitar la formación de tejido cicatricial para que los axones puedan restablecer sus conexiones.
++
Actualmente el trasplante hepático es el único tratamiento exitoso para las enfermedades hepáticas en etapa terminal, sin embargo la supervivencia breve de los injertos hepáticos limita su aplicación. Los estudios clínicos de trasplante de hepatocitos demostraron que éste podría sustituir al trasplante del órgano, sin embargo dicha estrategia está limitada por la escasez de células disponibles. Las fuentes potenciales de células madre para estrategias regenerativas incluyen células madre endógenas hepáticas (como las células ovales), células ES, MSC y USC. A pesar de que varios estudios en seres humanos así como en animales sugirieron que las MSC y HSC trasplantadas de médula ósea pueden generar hepatocitos, la fusión de las células trasplantadas con células hepáticas endógenas parece ser el evento subyacente en la mayor parte de los casos, dando la apariencia errónea de hepatocitos nuevos. La evidencia disponible sugiere que las HSC y MSC trasplantadas pueden generar células en el hígado sólo a una muy baja frecuencia, pero existen consecuencias provechosas, quizá relacionadas con efectos paracrinos indirectos. Las células ES pueden diferenciarse en hepatocitos y se trasplantan en modelos animales de insuficiencia hepática sin que se desarrollen teratomas. Hay estudios clínicos en proceso en la cirrosis con muchos tipos celulares, incluidos MSC, USC, HSC y ASC.
+++
Otros sistemas orgánicos y el futuro
++
El uso de células madre en estrategias regenerativas se ha estudiado en muchos otros sistemas orgánicos y tipos celulares, incluyendo piel, ojo, cartílago, hueso, riñón, pulmón, endometrio, endotelio vascular, músculo liso y músculo estriado, entre otros, y se hallan en curso estudios clínicos en éstos y otros órganos. De hecho, el potencial para la regeneración de células madre de órganos y tejidos dañados es casi ilimitado. Sin embargo, existen numerosos obstáculos por superar antes de que los tratamientos con células madre lleguen a ser una realidad clínica generalizada. Sólo se han identificado de manera adecuada a las células hematopoyéticas con marcadores de superficie celular, de tal forma que pueden ser identificadas de modo inequívoco, un prerrequisito para aplicaciones clínicas confiables. Las vías para la diferenciación de células madre en fenotipos celulares específicos son desconocidas y por ahora es limitada la capacidad para controlar la migración de las células trasplantadas o para predecir la respuesta de las células al ambiente de los órganos enfermos. Algunas estrategias pueden utilizar la administración simultánea de andamios de matriz extracelular artificial, de factores de crecimiento o de ambos, que dirijan la diferenciación de las células madre y su organización en componentes apropiados del órgano. Hoy día no existe manera de cambiar el fenotipo de las células madre in vivo después del trasplante en seres humanos y será necesario desarrollar técnicas para lograrlo. Por fortuna, las células madre pueden ser modificadas antes del trasplante para que contengan un medio de contraste que lo haga factible. El potencial para la formación de tumores y los problemas asociados con el rechazo inmunitario son impedimentos y será necesario desarrollar técnicas para asegurar la vascularización de los tejidos regenerados. Ya existen muchas estrategias para el remplazo celular incluyendo la administración simultánea del factor de crecimiento del endotelio vascular para favorecer la vascularización del trasplante. Algunas estrategias también incluyen células madre modificadas genéticamente para tener genes suicidas inducibles de tal manera que las células puedan ser erradicadas con facilidad en el caso de formación de tumores u otra complicación. Es extraordinario el potencial de las modalidades terapéuticas de células madre para revolucionar la atención médica; enfermedades como el infarto del miocardio, diabetes y enfermedad de Parkinson, entre muchas otras, pronto serán potencialmente curables. Sin embargo, tales modalidades terapéuticas basadas en células madre se encuentran aún en fases muy tempranas de desarrollo y el perfeccionamiento de técnicas para trasplante clínico de células bien analizadas y predecibles es un proceso difícil y a largo plazo.
++
Las modalidades terapéuticas con células madre aumentan la polémica en temas éticos y sociales que deben ser estudiados en paralelo con las oportunidades científicas y médicas. Esta sociedad tiene gran diversidad con respecto a las creencias religiosas, conceptos de derechos individuales, tolerancia para la incertidumbre y riesgo, así como límites sobre la forma en que deben utilizarse las intervenciones científicas para alterar el desenlace de la enfermedad. En Estados Unidos, el gobierno federal ha autorizado la investigación que utiliza líneas de células madre embrionarias humanas, sin embargo restringe el uso de fondos federales para desarrollar nuevas líneas de células madre embrionarias humanas. Los estudios en curso con líneas existentes han indicado que con el tiempo, se desarrollan alteraciones en el cultivo y que pueden estar contaminadas con proteínas murinas. Tales datos han señalado la necesidad de desarrollar nuevas líneas de células madre embrionarias humanas. El desarrollo de tecnología de células iPS pudiera disminuir la necesidad de derivar nuevas líneas de células madre embrionarias, pero aún no está claro si son importantes las diferencias en la expresión de genes por células madre embrionarias e iPS para el uso clínico potencial.
++
Al considerar los aspectos éticos asociados con el uso de células madre, es útil tomar en cuenta la experiencia con otros avances científicos, como el trasplante de órganos, tecnología del DNA recombinante, implantación de dispositivos mecánicos, investigación cognitiva y en neurociencias, la fertilización in vitro y las pruebas genéticas prenatales. Éstos y otros precedentes han señalado la importancia de comprender y revisar la biología fundamental en el laboratorio y en modelos animales antes de aplicar nuevas tecnologías en cuidadosos estudios clínicos con testigos. Cuando tales estudios se llevan a cabo, deben incluir un consentimiento informado completo y proporcionar vigilancia de descuidos por grupos de revisores externos.
++
Por último, habrá intervenciones médicas que son viables desde el punto de vista científico, pero inaceptables desde el punto de vista ético o social para algunos miembros de la sociedad. La investigación en células madre aumenta difíciles cuestionamientos fundamentales sobre la definición de la vida humana y ha incrementado el miedo sobre la capacidad de equilibrar aspectos de justicia y seguridad con las necesidades de pacientes con enfermedades críticas. El personal de salud y los expertos en aspectos éticos, legales y sociológicos deben ayudar a proteger contra la aplicación prematura o inapropiada de las modalidades terapéuticas de células madre y del uso inapropiado de grupos de poblaciones vulnerables. Sin embargo, estas modalidades terapéuticas ofrecen importantes estrategias nuevas para el tratamiento de enfermedades por lo demás irreversibles. Un diálogo abierto entre la comunidad científica, médicos, pacientes y sus abogados, legisladores y la población laica, es crítico e importante para aumentar y dirigir los aspectos éticos y equilibrar los beneficios y riesgos asociados con la transferencia de células madre.