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Aunque Galeno utilizó la palabra “cáncer”, no hay evidencia de que en esa época se conocieran las neoplasias hematológicas. En realidad, las primeras observaciones de los eritrocitos las hizo van Leeuwenhoek en 1674, en tanto que los glóbulos blancos los describió el anatomista francés Joseph Lieutaud en 1749, a los que llamó globuli albicantes, un cuarto de siglo antes que el prestigioso anatomista inglés William Hewson describiera el linfocito en 1774. Hacia el mismo año de 1749, Senac describió los “glóbulos blancos del pus”. De esta manera, el pus y la inflamación eran los conceptos imperantes en la hematología hasta la primera parte del siglo XIX y, en realidad, no hay una sólida evidencia de casos clínicos descritos que satisficieran la descripción de leucemia antes de ese siglo.
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Un cambio de rumbo en la hematología ocurrió en 1845, cuando John Bennett, en Edimburgo, realizó la necropsia de John Menteith, un paciente de 28 años con un tumor esplénico que falleció; Bennett se refirió luego a este paciente como “un caso de hipertrofia del bazo e hígado en el que la muerte tuvo lugar por supuración de la sangre”. Concluyó que toda la sangre estaba afectada y que el paciente había sufrido una transformación dentro de su sistema sanguíneo, y no una inflamación. En su informe dibujó por vez primera las células malignas de un individuo con leucemia. Probablemente este sujeto sufría una leucemia granulocítica crónica (LGC). Es en el artículo de Bennett, publicado en el Edinburgh Medical and Surgical Journal, que la leucemia se reconoció por primera vez como una entidad independiente. Resulta interesante que en el mismo número de la revista, Craige publicó un caso similar al de Bennett, aunque menos detallado en su descripción patológica.
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Rudolph Virchow, en Berlín, publicó el segundo caso de leucemia, el de una mujer de 50 años con una enfermedad crónica y crecimiento del bazo, que murió cuatro meses después. Durante la necropsia, Virchow encontró en todos los vasos sanguíneos lo que describió como una sustancia semejante al pus, con células con características morfológicas correspondientes a una leucemia linfocítica crónica (LLC). El informe de Virchow apareció en noviembre de 1854, sólo seis semanas después del de Bennett.
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Nomenclatura y tinciones: origen de la sangre y la leucemia
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El término “sangre blanca” lo usó por primera vez en 1729 Beal y después Lower en 1749. Virchow introdujo el término “leucemia” después de publicar su segundo caso en 1847, en tanto que Bennett prefería emplear el término “leucocitemia”. El mismo Virchow informó un tercer caso en 1849, el de un paciente con gran esplenomegalia, y concluyó que había dos tipos de la enfermedad, la esplénica y la linfática, según fuera el sitio de origen; hoy se sabe que corresponden a la LGC y la LLC, respectivamente. El primero que utilizó el microscopio para el ...