Skip to Main Content

Historia

El procedimiento de las pruebas cruzadas ha evolucionado a través del tiempo, desde 1818, año en que James Blundell, un ginecoobstetra inglés, efectuó la primera transfusión de sangre humana a una paciente para tratar una hemorragia posparto.

En 1900 Karl Landsteiner, un médico austriaco, descubrió los primeros tres grupos sanguíneos humanos: A, B y O. El cuarto grupo (AB) fue descubierto por sus colegas A. Decastello y A. Sturli en 1902. Landsteiner recibió el Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento en 1930.

En 1907 Hektoen sugirió que para la seguridad de la transfusión debían realizarse las pruebas cruzadas entre los donadores y los pacientes para excluir las mezclas incompatibles. Reuben Ottenberg efectuó la primera transfusión sanguínea, usando grupo sanguíneo y pruebas cruzadas, en Nueva York.

En 1939 y 1940, Karl Landsteiner, Alex Wiener, Philip Levine y RE Stetson descubrieron el sistema del grupo sanguíneo Rh y rápidamente se le reconoció como la causa de la mayoría de los casos de la enfermedad hemolítica del recién nacido o eritroblastosis fetal, así como de las reacciones transfusionales retardadas. El sistema del grupo Rh toma su lugar, después del ABO, como uno de los más importantes en el campo de la transfusión sanguínea.

Historia clínica

En medicina transfusional, como en cualquier otra área de la medicina, es indispensable contar con una historia clínica completa antes de ordenar la transfusión de algún producto sanguíneo. Por ejemplo, es necesario documentar episodios previos de transfusiones recibidas por el paciente, durante la presente o pasadas enfermedades o procedimientos quirúrgicos; advertir si ha existido alguna complicación y el resultado de esas transfusiones anteriores. Es importante tener en cuenta que la transfusión es sólo una parte del tratamiento y no una terapia definitiva por sí misma.

Introducción (fig. 40-1)

Figura 40-1.

¿Qué ocurre después de solicitar las unidades de sangre para un paciente?

A menos que la situación clínica sea urgente, siempre deben llevarse a cabo las pruebas cruzadas, antes de que la sangre total o el paquete de glóbulos rojos sean entregados para su transfusión. Las pruebas deben practicarse en todas las unidades de sangre o componentes que contengan glóbulos rojos.

Es importante señalar que, incluso si los resultados de las pruebas cruzadas son compatibles, éstas tienen sus limitaciones, como el hecho de que no garantizan la sobrevida normal de los eritrocitos transfundidos ni tampoco evitan la inmunización del receptor y no detectan los potenciales errores humanos. Es posible considerar que la única transfusión exenta de la posibilidad de provocar inmunización es la autotransfusión o bien la transfusión que se efectúa entre gemelos idénticos.

Procedimientos de las pruebas cruzadas (fig. 40-2 y cuadro 40-1 a cuadro 40-3)

...

Pop-up div Successfully Displayed

This div only appears when the trigger link is hovered over. Otherwise it is hidden from view.