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Introducción

El sistema hematopoyético depende fundamentalmente de la existencia de las células madre (CM) para mantener la producción de células sanguíneas maduras. La propiedad básica de estas células es su capacidad de autorrenovarse y diferenciarse en células progenitoras de todas las estirpes hematopoyéticas.

El trasplante alogénico de células progenitoras hematopoyéticas (TCP) es la terapia preferida y en ocasiones el único tratamiento curativo para diversas hemopatías malignas, así como también para la anemia aplásica grave, entre otros tipos de anemias, errores congénitos del metabolismo e inmunodeficiencias congénitas.

Sólo 25% de los pacientes que requieren un trasplante dispone de un hermano HLA-compatible; el resto debe buscar en los registros internacionales de donadores de médula ósea. Para junio de 2013 existían más de 21.1 millones de donadores potenciales de células hematoprogenitoras en 69 registros de 50 países. Sin embargo, debido a que los haplotipos de HLA (human leukocyte antigens) son altamente polimorfos, todavía es un gran reto hallar un donador compatible, especialmente para aquellos que presentan mezclas de razas o pertenecen a grupos étnicos minoritarios —lo que incluye a personas de origen hispano—. Muchos pacientes nunca encontrarán un donador y morirán antes de que sea posible realizar un trasplante.

Por fortuna, la médula ósea y la sangre periférica no son las únicas fuentes de obtención de CM, ya que también pueden recuperarse de la sangre del cordón umbilical (SCU).

Placenta y cordón umbilical

Se ha demostrado que la sangre fetal obtenida de los vasos placentarios a través de la punción del cordón umbilical (CU), después del nacimiento (llamada sangre placentaria, sangre de cordón umbilical o SCU) contiene células progenitoras hematopoyéticas (CPH) en alta concentración, suficientes para reemplazar a la médula ósea, por lo que la SCU constituye una fuente alternativa de CPH para trasplantes en un grupo importante de enfermos para los que no es posible encontrar un donador, sea familiar o no emparentado, entre los donadores.

Al momento de nacer un niño, la sangre circulante es rica en CPH; sin embargo, éstas desaparecen en las primeras 6 horas posteriores al nacimiento. Cuando se corta el CU después de un parto o cesárea, la sangre que permanece en la placenta y el cordón es la que se recolecta y criopreserva, ya sea para guardarse en un banco privado o en un banco público de SCU.

Por fortuna, la dificultad para encontrar compatibilidad entre una unidad de cordón y el paciente es menor, tanto en receptores emparentados como en receptores sin parentesco, ya que no se requiere el 100% de compatibilidad entre receptor y la unidad de SCU a trasplantar, por lo que ésta representa una segunda oportunidad para los pacientes que no cuentan con un donador. Cabe aclarar que una unidad de SCU es la obtenida de un solo donador recién nacido después de probar que es negativa para diversas ...

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