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Introducción

En este contexto el primer paso es formular una pregunta: ¿qué relación tienen la hematología, la terapia celular y la medicina regenerativa? En primer lugar, es bien conocido que un pilar fundamental de la hematología son las células troncales o células madre, ya que de ellas se derivan las tres líneas celulares que estudia la hematología: la serie eritrocítica, la serie blanca y la serie megacariocítica.

Es menos bien conocido el hecho de que las células troncales o stem cells (SC), también llamadas células CD34+ por un antígeno que poseen en su membrana celular, son células indiferenciadas con alto potencial de proliferación que tienen la capacidad de autorrenovación (formar células idénticas a las de su origen, o clonas), así como de generar diversos tipos celulares especializados. Esta última característica es la que las hace tan interesantes para la medicina regenerativa (rama de la medicina que se ha desarrollado de forma considerable en los últimos años), y cuyos avances se han vinculado estrechamente con los nuevos conocimientos adquiridos sobre las células madre y su capacidad de convertirse en células de diferentes tejidos de cualesquiera de las tres capas embrionarias: mesodermo, endodermo y ectodermo.

Todavía se desconocen los mecanismos mediante los cuales las células trasplantadas podrían mejorar o promover la regeneración de los tejidos. A fin de explicar estos mecanismos se han sugerido varias hipótesis, entre ellas la transdiferenciación celular, lo que se puede traducir como plasticidad; esta característica la retienen a lo largo de su existencia y permite que se puedan diferenciar en distintos tipos de células o tejidos no hematopoyéticos de acuerdo con el microambiente donde se encuentran. Sin embargo, también existe el efecto secundario a la liberación celular de diferentes moléculas solubles con acciones específicas —a las cuales también se les ha llamado factores estimulantes—, con efecto paracrino, es decir, que afectan de manera positiva o negativa a los tejidos circunvecinos. Es probable que se ejecuten ambos mecanismos a la vez, uno con un efecto más tardío que el otro.

El origen de las células que conforman el sistema hematopoyético no se conoce del todo, pero se sabe que derivan de las células troncales embrionarias, localizadas en el blastocisto en desarrollo; allí, en pocas horas, duplican su número y en pocos días se encuentran dispersas en el embrión en el que, de acuerdo con el sitio donde se alojan, originan células que se diferenciarán hacia una determinada línea celular, fenómeno llamado restricción o especialización.

Según sea su origen, las células troncales pueden ser embrionarias o somáticas. Las células troncales embrionarias son totipotenciales, dado que son capaces de generar todos los tipos celulares del organismo. Las del tipo somático se consideran multipotenciales o pluripotenciales, ya que generan varios tipos celulares, pero no son capaces de diferenciarse y producir un ser completo.

La ventaja de las células troncales somáticas es que, a diferencia de las de ...

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