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Existen diferentes términos que hacen referencia a la muerte fetal intrauterina, como son óbito fetal (de obitus) o exitus fetal (de exitus letalis), ambos con el significado de muerte en latín.
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Debido a lo importante que es el manejo de la muerte fetal intrauterina (MFIU), así como su evaluación y repercusión en el futuro reproductivo de la paciente, el obstetra debe estar coordinado, junto a un equipo médico multidisciplinario. Este equipo debe incluir las especialidades relacionadas con el estudio posnatal del feto (genética, patología), sin olvidar la repercusión emocional que tiene la pérdida de un hijo y su manejo (psicología).
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al óbito fetal como “la muerte fetal que ocurre en un embarazo tardío”, con variaciones en cada país para el punto de corte empleado como “tardío”. El término “periodo fetal” se aplica a partir de que inicia la semana 8 después de la concepción. La definición de aborto puede cambiar de acuerdo con la situación y legislación de cada lugar; sin embargo, desde el punto de vista médico aquellas pérdidas de más de ocho semanas hasta el término son estrictamente fetos y no “productos” u otro sinónimo coloquial. El Centro Nacional de Estadística de la Salud de Estados Unidos estandariza la definición de mortalidad fetal de forma semejante a la OMS. Utiliza un punto de corte de 20 semanas o 350 gramos (percentil 50 de peso para 20 semanas) para discernir la definición de aborto. También se propone una subclasificación en muerte fetal temprana (semanas 21 a 27) y tardía (> 28 semanas).
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En México, la subclasificación es muy parecida por cuestiones de legislación, y juega un papel muy importante cuando hay que decidir entre realizar un estudio de necropsia, un certificado de defunción u otros documentos. Para fines legales, se emplea la semana 20 o un peso de más de 500 gramos. Esto no excluye que con base en las condiciones de muerte, con consentimiento informado de los padres, se pueda realizar un estudio de necropsia a un feto más pequeño en búsqueda de la causa de muerte.
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Se estima que ocurren alrededor de tres millones de MFIU anuales en todo el mundo. En países desarrollados la tasa de MFIU es menor a la registrada en pacientes de países en vías de desarrollo; en Estados Unidos se estima una tasa de 3.2 por cada 1 000 nacimientos de óbito temprano y 3.1 por cada 1 000 nacimientos de óbito tardío. Es importante reconocer que en países en vías de desarrollo, estas complicaciones se relacionan con un control y vigilancia del embarazo más deficientes. En estos países se estima que la incidencia va desde 0.5 a 1.2% de los embarazos, una cantidad bastante elevada, sin que se cuente con un número preciso para México.