+
“En la actualidad, la operación cesárea es la cirugía más común en todo el mundo, su incidencia continúa al alza y es prudente aprender no sólo la mejor manera de ejecutarla, sino también las mejores alternativas para evitarla.”
++
La operación cesárea se conoce desde tiempos ancestrales, aunque para mala fortuna la mayor parte de los textos disponibles sobre su origen no son de carácter científico, por lo cual las técnicas empleadas en sus inicios se desconocen y las referencias pueden considerarse anecdóticas. Es muy probable que de manera inicial este procedimiento sólo se realizara post mortem y no fue sino hasta el siglo xvi que se tienen los primeros datos sobre su práctica exitosa en una mujer viva. Algunas evidencias que sugieren la realización de este procedimiento desde mucho tiempo antes se encuentran en las escrituras del Código de Hammurabi, donde se relata la historia de la adopción de un pequeño niño nacido por este método en el año 23 del reinado de Hammurabi, en Babilonia. En cuanto a la Roma antigua, también se cuenta con vestigios legales sobre su uso y práctica, la cual estaba contemplada en la Lex Regia (o ley de los reyes) y en la época de los emperadores en la Lex Caesarea, que fue proclamada por Numa Pompilius (726-673 a.C.). De forma más contemporánea, existen reportes de que en Alemania, en 1480, este método era practicado por las comadronas, quienes colocaban a las pacientes en posición de Trendelenburg para desplazar las vísceras abdominales y usaban el vino como analgesia. No fue sino hasta 1876 que Eduardo Porro propuso realizar la cesárea aunada a una histerectomía subtotal y la marsupialización del muñón cervical a la pared abdominal anterior; con esto se trataba de preservar la vida de la madre, aunque al costo de sacrificar la fertilidad. Este método cruento fue de amplio uso entre algunos obstetras, quienes amputaban el útero ante la falta de suturas estériles que permitieran afrontar la histerotomía sin que ello supusiera una infección devastadora. Se debió al advenimiento de los avances en la anestesiología (como la introducción del éter) y al mejor conocimiento anatómico la posibilidad de intentar mejores accesos abdominales, como las incisiones medias infraumbilicales descritas por Levret y Solayres. El doctor Pfannenstiel presentó su propuesta en 1900, que consistía en no sólo incidir la piel en dirección transversal sino también la aponeurosis, aunque su contemporáneo Maylard, en 1907, y Joel-Cohen, en 1972, le introdujeron modificaciones que la terminaron por convertir en una de las técnicas más utilizada. En cuanto a la histerotomía, las primeras incisiones uterinas fueron corporales (cesárea clásica) debido al temor de lesionar la vejiga y los vasos uterinos. Keher, en 1882, describió una incisión a nivel del orificio cervical interno (no corporal transversa como algunos autores han llegado a describir) para la extracción del neonato. Esta innovación no alcanzó popularidad quizá debido a que competía con la tendencia ...