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El seguimiento con dermatoscopia digital es un procedimiento diagnóstico que consiste en la observación no invasiva de lesiones pigmentadas de la piel mediante una cámara de fotografía o video de alta resolución adaptada para dermatoscopia y conectada a una computadora. Esta última, a través de un software específico, almacena las imágenes que obtiene y permite la comparación y detección de cambios de las mismas a través del tiempo.
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En tanto que las lesiones melanocíticas benignas suelen mantenerse estables a lo largo del tiempo, el melanoma tiende a evolucionar y experimentar cambios, los que de inicio son microscópicos para luego hacerse evidentes en el terreno clínico. Con base en lo anterior, se ha propuesto dicho control para el seguimiento digital de las lesiones pigmentadas atípicas, pero no sospechosas de melanoma, como una estrategia para reconocer melanomas que puedan carecer de características dermatoscópicas distintivas.1
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Tanto por medio de la evaluación clínica como dermatoscópica, se ha reportado que el melanoma puede ser indistinguible de los nevos melanocíticos,2 en especial en lesiones en estadios iniciales; por otra parte, la superposición de criterios diagnósticos entre melanoma y nevos atípicos podría llevar a omitir el diagnóstico de algunos melanomas y a la extirpación excesiva de lesiones benignas. El uso de la dermatoscopia digital posibilita un análisis comparativo objetivo que ayuda a identificar modificaciones estructurales sutiles al añadir información útil para distinguir los melanomas iniciales de las lesiones melanocíticas benignas. En 2006, Kittler y colaboradores examinaron imágenes basales y de seguimiento de 91 melanomas y 408 nevos extirpados sólo por cambios a través del tiempo.3 Demostraron así que las características dermatoscópicas de los melanomas y los nevos no diferían de manera significativa al inicio del seguimiento y que más de 50% de los melanomas diagnosticados por cambios en pacientes de riesgo incluidos en programas de seguimiento no cumplen con los criterios clínicos ni dermatoscópicos específicos de malignidad. En un estudio reciente, se compararon las características clínicas, dermatoscópicas e histológicas de 215 melanomas vistos de forma consecutiva en una unidad de melanoma a lo largo de un periodo de dos años; 52 se diagnosticaron en pacientes en seguimiento con dermatoscopia digital en dicha unidad y 163 fueron derivados para valoración con sospecha clínica de melanoma.4 En este estudio se comprobó que los melanomas diagnosticados en pacientes en control con dermatoscopia digital tenían un bajo índice de sospecha en la evaluación clínica y dermatoscópica (con casi 40% de éstos clasificados como lesiones benignas de acuerdo con los algoritmos diagnósticos dermatoscópicos).
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Existen en la actualidad diversos sistemas que posibilitan el registro de imágenes clínicas y dermatoscópicas de lesiones cutáneas. Estos equipos utilizan cámaras de video (de ahí el nombre de videodermatoscopia) o de fotografía que permiten la captura de imágenes y se conectan a una computadora; ésta cuenta con un software específico que permite su almacenamiento para control evolutivo y análisis comparativo.
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