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Introducción

La presencia de intoxicaciones agudas es una situación común en los servicios de urgencias de los centros de atención hospitalaria de primero, segundo y tercer niveles. La exposición al tóxico puede ser accidental o intencional. En ocasiones, la evidencia a la exposición es obvia, lo cual facilita su identificación temprana y la instauración oportuna de una terapéutica eficaz. En cambio, muchas veces la intoxicación se puede presentar como una constelación de signos y síntomas poco específicos, por lo que en ausencia de datos sugerentes en la historia se puede presentar un retraso en el diagnóstico y tratamiento.

Si la intoxicación se reconoce de manera temprana y se establecen los cuidados necesarios, la mortalidad de estos eventos es menor a 0.5% en países desarrollados; esta cifra aumenta hasta 10 a 20% en los países en desarrollo, donde el retraso en la búsqueda de atención médica por cuestiones socioeconómicas y las limitaciones técnicas en la atención de primer contacto ensombrece el pronóstico de estos pacientes. En México, en 2001 hubo 1 339 defunciones reportadas por intoxicaciones, de las cuales 72% fueron accidentales y 28% por suicidio, más común entre hombres de 21 a 30 años (lo que representó 23% de las muertes).

Evaluación clínica

Cuando se está frente a un paciente en el cual existe la sospecha de intoxicación aguda, debe realizarse un abordaje sistemático para identificar la mayor cantidad de datos clínicos, ya que por lo general ningún hallazgo es específico de un agente en particular, por lo que el análisis conjunto de los datos obtenidos en la historia, exploración física y el análisis por laboratorio otorgan el mayor poder para establecer una terapéutica adecuada.

Historia clínica

Es necesario interrogar sobre el tipo de toxina al que se expuso, el tiempo de exposición, cantidad, vía de administración (oral, intravenosa, respiratoria), la razón de la exposición (social, laboral, intento suicida, fines médicos, etc.). Se debe indagar también en los antecedentes personales patológicos del individuo, incluyendo medicamentos previos, enfermedades psiquiátricas e incluso intentos suicidas. Si el paciente está inconsciente o incapacitado para proporcionar una historia fidedigna, es preciso interrogar a los familiares o cuidadores.

Examen físico

Desde la toma de signos vitales pueden existir pistas para la identificación del agente causal de la intoxicación; bradicardia (β-bloqueadores, opioides, bloqueadores de los canales del calcio, digoxina, agentes anticolinesterasa), taquicardia (cocaína, anfetaminas, anticolinérgicos, cafeína, teofilina), hipotermia (opioides, alcohol, sedantes-hipnóticos), hipertermia (síndrome neuroléptico maligno, síndrome serotoninérgico, intoxicación por salicilatos), hipotensión (bloqueadores de los canales del calcio y demás antihipertensivos, heroína), hipertensión (cocaína, cafeína, hormonas tiroideas, anfetaminas, nicotina), taquipnea (salicilatos), bradipnea (barbitúricos, benzodiacepinas, opioides, alcohol).

Posteriormente, la exploración neurológica es elemental en la evaluación del paciente intoxicado. Para la valoración del nivel de conciencia se puede utilizar la escala de coma de Glasgow, aunque ésta no ha mostrado tener ...

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