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Los leucocitos (leuco = blanco, cito = célula) son células blancas, que aunadas a eritrocitos y plaquetas forman parte del componente celular de la sangre. Pueden tener gránulos o no; se dividen en neutrófilos, eosinófilos y basófilos, de acuerdo con sus características tintoriales con colorante de Wright, además tienen actividad fagocítica que comparten con el monocito. Los leucocitos no granulares son linfocitos y monocitos encargados de producir anticuerpos, así como de la inmunidad mediada por células. Los leucocitos son el brazo efector de la inmunidad innata.
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Todas las células se originan de la célula linfohematopoyética totipotencial, célula madre, o célula tallo, derivada del mesénquima; reconocida por ser CD34 (+), DR (–) y CD 38 (–). Se diferencian en función de estímulos específicos para cada variedad, a través de un proceso jerárquico y ordenado de estímulos para proliferación y maduración.
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Granulocitos neutrófilos
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Conforme los granulocitos maduran a partir del mieloblasto, la cromatina nuclear se condensa, desaparecen los nucleolos y la basofilia citoplásmica; aparecen los gránulos primarios (500 nm) en el promielocito y los gránulos secundarios (200 nm) en el mielocito, a través del estímulo mixto de factores que estimulan las colonias de macrófagos y granulocitos, conocidos como FEC-GM, o en forma individual FEC-M y FEC-G, se reduce el tamaño del núcleo; primero se forma una herradura en la fase de metamielocito, luego una franja nuclear en la fase de banda y al final se forman segmentos o lóbulos, por lo general 3 (2-4) en la fase de neutrófilo adulto, como se observa en el microscopio. Tienen pocas mitocondrias y retículo endoplásmico, ya no sintetizan proteínas; el contenido de glucógeno es semejante al del hígado y músculos, debido a que la vía metabólica es primordialmente glucolítica y anaeróbica.
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Los gránulos primarios, llamados azurófilos, son de gran tamaño y mayor densidad, contienen enzimas digestivas e hidrolíticas en sus lisosomas, sintetasa del óxido nítrico, fosfatasa ácida, lisozima (proteína catiónica rica en arginina), proteinasa-3, tres defensinas y mieloperoxidasa; esta última es la más abundante, reacciona con el peróxido de hidrógeno y los cloruros, para producir ácido hipocloroso y cloraminas, dos potentes bactericidas. Cuatro proteasas de serina se han caracterizado: azurocidina, elastasa (ausente en la neutropenia cíclica y la congénita), catepsinas G y D que hidrolizan proteoglucanos y colágena insoluble, lo que permite fijar y atrapar las bacterias a su alrededor, y proteinasa-3 o mieloblastina (cuadro 23-1).
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