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Introducción

El origen de la Endocrinología comienza con el descubrimiento de la secretina por Bayliss y Starling a principios del siglo pasado, los cuales cuestionaron con este hallazgo la idea de Paulov de que las funciones corporales estaban reguladas exclusivamente por el sistema nervioso. Aquellos autores postularon la existencia de agentes químicos que, en forma de hormonas, alcanzan a través de la circulación sanguínea sus órganos diana, realizando de esta forma una función reguladora de los procesos fisiológicos semejante a la del sistema nervioso autónomo. A pesar de esta aportación pionera, transcurrieron más de 50 años hasta que el desarrollo tecnológico permitió la identificación y caracterización química y fisiológica de numerosos péptidos y aminas presentes en el tracto digestivo. Al margen de sus propiedades endocrinas, estas hormonas también pueden actuar como neurotransmisores y neuromoduladores, y en algunos casos tienen efectos paracrinos. Por otra parte, se ha detectado su presencia fuera de la mucosa gastrointestinal, mientras que péptidos de origen nervioso han sido encontrados en células endocrinas del páncreas y mucosa gastrointestinal. Todo ello ha obligado a considerar estas sustancias como péptidos reguladores, en vez de como simples hormonas.

Asimismo, se ha llegado a la conclusión de que existen íntimas relaciones funcionales entre el páncreas y el aparato digestivo, a partir de péptidos generados en ambas estructuras que favorecen la digestión, la absorción y la posterior utilización de los nutrientes. El término “eje enteroinsular” fue propuesto por R. Unger hace 36 años, y se refería a las relaciones hormonales existentes entre el intestino y el páncreas endocrino, particularmente relacionado con la potenciación por factores entéricos de la secreción de insulina después de la ingestión de glucosa. Sin embargo, actualmente se acepta que la actividad enteroinsular puede afectar a otras hormonas pancreáticas, y que esto ocurre, no sólo a través de rutas hormonales, sino también mediante mecanismos nerviosos, neurohormonales y paracrinos. Para designar a los péptidos intestinales incluidos en ese eje enteroinsular se ha escogido el término “incretina”, siendo varios los péptidos propuestos con semejante actividad.

El gran desarrollo científico realizado durante los últimos 40 años en el campo de los péptidos reguladores ha propiciado un mejor conocimiento sobre su localización, estructura y aspectos fisiológicos, los cuales son objeto de estudio en los próximos apartados. Estos avances han ocurrido como consecuencia del desarrollo de nuevas tecnologías para la valoración de hormonas y factores de crecimiento por métodos radioinmunológicos, lo que ha sido determinante para profundizar en el conocimiento de los procesos biosintéticos y secretores de distintos polipéptidos, así como por la introducción del concepto de receptor y las técnicas con radioligandos, que han permitido conocer algunos aspectos de la transducción de señales generadas por péptidos gastrointestinales en sus células diana. Además, la aplicación de los métodos propios de la tecnología del DNA recombinante ha facilitado una mejor comprensión de los aspectos moleculares implicados en los mecanismos de acción de los péptidos gastrointestinales y el desarrollo de los fundamentos ...

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