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Los ovarios humanos son dos cuerpos ovalados que después de la pubertad tienen por dimensiones 4 × 3 × 1 cm; están alojados en la pelvis, fijados a la superficie posterior del ligamento ancho por medio de un pliegue peritoneal denominado mesovario. Su aporte nervioso, vascular y linfático ocurre precisamente a través del mesovario, que con otras estructuras fibromusculares, mantienen el ovario en posición a la entrada de las trompas de Falopio y unido al útero. Su peso total combinado oscila alrededor de 15 g (figura 83-1).
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Después del quinto mes de vida fetal, el ovario presenta ya tres regiones distintas perfectamente estructuradas: una médula central, un córtex externo y un hilio interno en el punto de anclaje del ovario con el mesovario. La médula está compuesta por una colección celular heterogénea; el córtex, por células germinales (oocitos) rodeadas de complejos celulares inmersos en el estroma formando los folículos ováricos, recubiertos por un epitelio celómico denominado epitelio germinal. El hilio contiene nervios, vasos sanguíneos y linfocitos, tejido conectivo de sostén y algunas células esteroidogénicas denominadas células hiliares. De todas estas regiones, el córtex ovárico es el más importante y donde ocurrirán la mayoría de los cambios asociados con el normal funcionamiento de esta gónada (figura 83-2). En esta región destacan como estructuras fundamentales los folículos ováricos, cuya organización y componentes experimentarán una serie de cambios coincidentes con el grado de diferenciación y desarrollo de los oocitos contenidos en su interior. Estos cambios están íntimamente relacionados con la doble misión de los ovarios. Por un lado, serán los responsables de la secreción de las hormonas femeninas una vez transcurrida la pubertad y por el otro, serán también los encargados de proporcionar los gametos femeninos, los óvulos para su potencial fecundación.
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Las células germinales femeninas derivan de las oogonias que proceden, a su vez, de células progenitoras que aparecen en la pared del saco vitelino cerca del extremo caudal del embrión alrededor de la tercera semana de gestación. Estas células migran activamente a través de los tejidos embrionarios y alcanzan la cresta genital, donde se dividen con rapidez y dan lugar a las oogonias en la quinta semana de gestación. Las divisiones persisten a nivel de las oogonias y en el quinto y sexto meses de embarazo, los ovarios contienen alrededor de seis millones de oogonias. A partir del segundo mes de vida fetal algunas oogonias interrumpen sus mitosis y entran en la profase de su primera división meiótica dando lugar a los oocitos primarios.
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En estos oocitos primarios, el núcleo y los ...