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INTRODUCCIÓN

Los tumores del sistema nervioso central (SNC) constituyen un capítulo de máxima importancia de la medicina neurológica, aunque son de pronóstico reservado. Su importancia nace de la enorme variedad que les caracteriza; de los innumerables síntomas que en el sistema nervioso causan su tamaño, sitio y capacidad invasora; de la destrucción y el desplazamiento de los tejidos en que están; del incremento de la tensión intracraneal que causan y, por encima de todo, de su carácter letal. Poco a poco ha cambiado el panorama desolador en esta rama de la medicina, como consecuencia de progresos en la anestesiología, de técnicas estereotácticas y microneuroquirúrgicas, de la radioterapia particularizada y el empleo de nuevos quimioterapéuticos.

En lo que se refiere a los clínicos, las generalizaciones siguientes deben ser parte de su armamentario general en relación con los tumores cerebrales. Primera, muchos tipos de neoplasias, primarias y secundarias, surgen en la cavidad craneal y el conducto raquídeo. Algunas son más frecuentes que otras y muestran predisposición por grupos particulares de edad. Los depósitos metastásicos o secundarios son más frecuentes que los primarios en los adultos, situación contraria a la que priva en los niños. Además, algunos cánceres (de mama, pulmón, melanomas o de células renales) tienden a enviar metástasis a tejido nervioso, rasgo que no comparten con otras neoplasias. Segunda, algunos tumores intracraneales y raquídeos primarios como el craneofaringioma, el meningioma y el schwannoma tienen predisposición a proliferar en zonas particulares de la cavidad craneal, y con ello generan síndromes neurológicos muy característicos. Tercera, la presencia de inmunodepresión, como en el sida o en presencia de quimioterapia para cáncer, trastornos hereditarios especiales como la neurofibromatosis y la exposición a la radiación predisponen al desarrollo de tumores en el sistema nervioso. Cuarta, el ritmo de crecimiento y la capacidad invasiva de los tumores varían; algunos como el glioblastoma son muy malignos, invasores y de progresión rápida, mientras que otros, como el meningioma, casi siempre son benignos, de progresión lenta y compresivos. Estas cualidades diferentes tienen implicaciones clínicas sustanciales, a menudo explican los cuadros clínicos de evolución lenta o rápida, así como la posibilidad de curación quirúrgica y el pronóstico.

Por último, hay una clase especial de trastornos derivada de la producción de autoanticuerpos en tumores sistémicos no neurales y se dirigen contra neuronas cerebrales y espinales. Estos efectos, denominados paraneoplásicos, constituyen las manifestaciones iniciales o únicas de la neoplasia subyacente.

El texto de Kaye y Laws es una referencia integral sobre los tumores cerebrales.

Incidencia de tumores del sistema nervioso central y sus tipos

En la actualidad, en Estados Unidos se estiman 600 000 muertes anuales por cáncer. El número de muertes por tumores primarios del encéfalo parece pequeño en términos comparativos (cerca de 20 000, la mitad por gliomas malignos), pero en general en otros 130 000 pacientes el encéfalo estaba afectado por ...

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