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El centro germinal del ganglio linfático contiene células B (verde) en la zona oscura, y células dendríticas foliculares (rojo) en la zona clara. Las células B vírgenes (azul) definen la zona del manto folicular. [Reimpreso de Victora, G.D. et al., 2010, Germinal center dynamics revealed by multiphoton microscopy with a photoactivatable fluorescent reporter, Cell 143:592-605. Copyright 2010 con autorización de Elsevier.]
Respuestas de células B dependientes de T
Respuestas de células B independientes de T
Regulación negativa de células B
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La función de una célula B es secretar anticuerpos capaces de unirse a cualquier organismo o molécula que plantee una amenaza para el huésped. Los anticuerpos secretados tienen sitios de unión a antígeno idénticos a los de moléculas receptoras sobre la superficie de células B. Los anticuerpos pertenecen a la clase de proteínas conocidas como inmunoglobulinas, y una vez secretados, pueden proteger de diversas maneras al huésped contra los efectos patogénicos de virus, bacterias o parásitos invasores (capítulos 1 y 13).
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El entendimiento actual de la selección clonal, activación, proliferación y deleción de células B encuentra sus inicios en un artículo teórico publicado en la revista Australian Journal of Science, escrito por Sir Frank MacFarlane Burnet (figura 12-1) en el transcurso de un solo fin de semana en 1957. En este artículo, fundamentado en investigación previa efectuada por Neils Jerne, David Talmage, Peter Medawar y otros, Burnet expuso la hipótesis de la selección clonal, que proporcionó los fundamentos conceptuales para todo el campo de la inmunología (figura 1-7). La hipótesis de la selección clonal sugirió por vez primera que la molécula receptora sobre la superficie de linfocitos, y los productos anticuerpo secretados por esa célula tenían especificidades de unión a antígeno idénticas. Además, planteó que la estimulación de una célula B única daría lugar a la generación de una clona de células que tenían la especificidad de receptor idéntica a la de la célula original, y que estas clonas emigrarían hacia los órganos linfoides secundarios y funcionarían dentro de los mismos. Las células hijas dentro de cada clona no sólo serían capaces de secretar grandes cantidades de anticuerpos para neutralizar el agente patógeno, sino que algunas células de la progenie permanecerían viables dentro del organismo y disponibles para neutralizar una infección secundaria por el mismo agente patógeno.
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En otras palabras, en un artículo brillante el profesor Burnet dio a generaciones de inmunólogos la base ...