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Introducción

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La bacteria Listeria monocytogenes polimerizando actina de célula huésped hacia colas de cometa. [Cortesía de Matteo Bonazzi, PhD, Edith Gouin y Pascale Cossart]

  • La importancia de las barreras para la infección y la respuesta innata

  • Infecciones virales

  • Infecciones bacterianas

  • Infecciones parasitarias

  • Infecciones micóticas

  • Enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes

  • Vacunas

Sobrevivir a brotes de enfermedades infecciosas fue uno de los principales impulsores de las primeras incursiones en el estudio de la inmunología. Esto llevó al desarrollo y el uso de vacunas rudimentarias aun antes de que se entendiera cómo una vacuna podía inducir inmunidad protectora (capítulo 1). Desde los intentos de vacunación tempranos de Edward Jenner y Louis Pasteur, se han desarrollado vacunas para muchas enfermedades que alguna vez fueron importantes aflicciones del género humano. Por ejemplo, la incidencia de difteria, sarampión, parotiditis, tos ferina, rubéola (sarampión alemán), poliomielitis y tétanos, que alguna vez cobraron en conjunto millones de vidas, ha declinado de manera notoria conforme la vacunación se ha hecho más común. Está claro que la vacunación es un arma rentable para la prevención de enfermedad; aun así, persiste la necesidad de vacunas seguras y eficaces para muchas enfermedades infecciosas que ponen en peligro la vida.

Estas preocupaciones respecto a salud pública y otros aspectos llevaron al desarrollo de agencias para ayudar a organizar los datos acumulados respecto a enfermedades infecciosas, como la Organización Mundial de la Salud (oms) y los Centers for Disease Control and Prevention (cdc) con sede en Estados Unidos. Estas organizaciones vigilan la salud pública y las enfermedades, guían debates sobre políticas de cuidado de la salud, responden a brotes repentinos de enfermedades infecciosas, e informan sus hallazgos en forma periódica. Si bien los gastos locales e internacionales por concepto de estas prácticas a veces son cuestionados, es indudable que estos avances biomédicos, y los avances biomédicos actuales, han llevado a una era en la cual es común la respuesta rápida y a menudo eficaz a brotes repentinos de enfermedades infecciosas. También ha permitido apreciar mejor las condiciones y políticas que pueden limitar brotes de enfermedades infecciosas.

Si bien la vacunación o la inmunidad protectora adquirida de manera natural pueden proporcionar defensa crucial contra muchos agentes patógenos, las enfermedades infecciosas aún causan la muerte de millones de personas cada año. Aun cuando las cifras varían mucho con la región, alrededor de 25% de las muertes en todo el mundo se asocian con enfermedades transmisibles, que matan a un estimado de 11 a 12 millones de personas al año (figura 17-1). El saneamiento, los antibióticos y la vacunación han reducido las repercusiones de las enfermedades infecciosas, pero las infecciones todavía explican casi 50% de las causas principales de muerte en el mundo en desarrollo, en especial entre la población más joven.

FIGURA 17-1

Las enfermedades infecciosas figuran entre las principales causas de muerte en todo el ...

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