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Funciones del sistema respiratorio

Cuando uno habla de la respiración, lo que primero viene a la mente es el intercambio gaseoso que se lleva a cabo en la parte distal de este sistema de tubos, que conducen el aire inspirado hasta la parte distal del sistema. Además, en el trayecto el aire es filtrado, humectado y atemperado para que llegue en las mejores condiciones a los alveolos.

En el sistema respiratorio no sólo se realiza el intercambio gaseoso, su estructura permite que ocurran otra serie de procesos, los cuales ayudan al organismo para mantener un equilibrio funcional y colateralmente sirve de soporte para otras actividades. Dentro de estas otras funciones y actividades cabe mencionar algunas como las siguientes:

  1. La regulación del equilibrio ácido/básico junto con el riñón y la sangre.

  2. La eliminación de cuerpos extraños y moco a través del estornudo, la tos y la expulsión de moco por las fosas nasales.

  3. El llenado de las cavidades cardiacas derechas, por los cambios en la presión intratorácica durante el ciclo respiratorio.

  4. La fonación, junto con las vías aéreas superiores.

  5. El bostezo, al permitir la entrada de aire en la cavidad torácica, coordinado con el sistema nervioso.

  6. La olfacción, con el soporte de la estructura de la cavidad nasal que permite el contacto del aire inhalado con la mucosa olfatoria.

  7. La risa, en conjunto con la pared torácica, el diafragma y la coordinación con el sistema nervioso.

Estructura del sistema respiratorio

Vías respiratorias altas

Formadas por una serie de cavidades intercomunicadas: la cavidad nasal, los senos paranasales y la nasofaringe, que dentro de sus funciones esterilizan, hidratan y ajustan la temperatura del aire que les llega del exterior. Esta última función se logra por el flujo en contracorriente de la sangre de los plexos venosos, la cual circula en sentido contrario al del aire que penetra por las cavidades (figura 13-1).

Figura 13-1.

Esquema en el que se identifican las estructuras que conforman a las vías respiratorias altas. Se identifican los cambios en el epitelio de las diferentes estructuras. En los acercamientos se detalla el cambio del epitelio entre las cuerdas vocales superiores e inferiores.

En la cavidad nasal están los receptores que se encargan del sentido del olfato. Aquí se ubica el vestíbulo, que es la porción más anterior y dilatada de las fosas nasales. El epitelio que las viste es plano estratificado no queratinizado, con una lámina de tejido conjuntivo. Los pelos rígidos o vibrisas y las glándulas (sebáceas y sudoríparas) que ahí se ubican, constituyen una primera barrera de defensa en contra de las partículas con diámetro mayor de 10 μm y su estimulación induce otros mecanismos de defensa, como el estornudo.

Cavidad respiratoria propiamente dicha

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