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Se inicia apoyo nutricional en pacientes con desnutrición y en aquellos con riesgo de padecerla (p. ej., trastornos que impiden el consumo oral adecuado o quienes se encuentran en estados catabólicos, como septicemia, quemaduras, cirugía mayor o traumatismo). En la figura 7-1 se resume una estrategia para decidir cuándo usar los diversos tipos de apoyo nutricional especializado (SNS).
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El tratamiento entérico se refiere a la alimentación por vía intestinal, con complementos orales o infusión de fórmulas a través de diversas sondas para alimentación (nasogástrica, nasoduodenal, gastrostomía, yeyunostomía o gastroyeyunostomía combinada). El tratamiento parenteral se refiere a la infusión de soluciones con nutrientes en la corriente sanguínea mediante un catéter central insertado por vía periférica (PICC), un catéter central con el extremo expuesto o un catéter central tunelizado o con un sitio de acceso subcutáneo. Cuando sea factible, se prefiere la nutrición entérica porque conserva las funciones digestiva, de absorción e inmunitaria del tubo digestivo y disminuye el riesgo de desequilibrio hidroelectrolítico. La nutrición parenteral a menudo está indicada en pancreatitis grave, enterocolitis necrosante, íleo prolongado y obstrucción intestinal distal.
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Los componentes de una fórmula enteral estándar son los siguientes:
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Densidad calórica: 1 kcal/mL.
Proteínas: casi 14% de las calorías; caseinatos, soya, lactoalbúmina.
Grasas: casi 30% de las calorías: aceites de maíz, soya, cártamo.
Carbohidratos: ∼60% de las calorías; almidón de maíz hidrolizado, maltodextrina, sacarosa.
Consumo diario recomendado de todos los minerales y vitaminas cuando se aportan ≥1 500 kcal/día
Osmolalidad (mosm/kg): casi 300.
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No obstante, tal vez sea necesario modificar la fórmula según las indicaciones clínicas y enfermedades relacionadas. Después de elevar la cabecera de la cama y confirmar la posición correcta de la sonda, se inicia la infusión gástrica continua con una dieta con la mitad de la concentración final y a una velocidad de 25 a 50 mL/h.
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Esto puede incrementarse hasta alcanzar, según la tolerancia, la concentración normal requerida para cubrir el objetivo energético. Los riesgos principales de la alimentación enteral son aspiración, diarrea, desequilibrio electrolítico, resistencia a warfarina, sinusitis y esofagitis.
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Los componentes de la nutrición parenteral incluyen un suministro adecuado de líquidos (30 mL/kg de peso corporal en 24 h para adultos más cualquier pérdida anormal); energía a partir de soluciones con glucosa, aminoácidos y lípidos; nutrientes esenciales en individuos muy graves como glutamina, nucleótidos y productos del metabolismo de metionina así como electrólitos, vitaminas y minerales. Los riesgos del tratamiento parenteral ...