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Una crisis epiléptica está producida por la descarga sincrónica anormal de un gran conjunto de neuronas. Epilepsia hace referencia a todo trastorno neurológico que se caracteriza por cursar con crisis epilépticas recurrentes.
Las crisis epilépticas pueden clasificarse como
focales, lo que indica que la descarga anormal inicial se limita a un área específica en un hemisferio, o generalizada, lo que indica que está implicada una gran población de neuronas en ambos hemisferios.
Las crisis epilépticas se producen como consecuencia de un cambio en el delicado equilibrio cerebral entre procesos sinápticos excitadores e inhibidores. Este cambio puede deberse a multitud de lesiones cerebrales diferentes, como tumores, infartos cerebrales y traumatismos craneales, así como a anomalías del desarrollo.
Muchas formas de epilepsia tienen un componente genético, aunque la herencia de la epilepsia pocas veces es simple.
La mayor parte de los antiepilépticos actúan modificando la función de los canales de sodio o calcio, o potenciando la transmisión sináptica inhibidora mediada por GABA.
Otras acciones conocidas de un reducido número de antiepilépticos comprenden la potenciación de los canales de potasio, la inhibición de la transmisión glutamatérgica y acciones poco definidas sobre una proteína asociada a las vesículas sinápticas denominada proteína 2A de vesícula sináptica SV2A (del inglés synaptic vesicle protein 2A).
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Este capítulo está dedicado a los trastornos que cursan con crisis epilépticas como la epilepsia. Las crisis epilépticas se caracterizan por descargas incontroladas de grupos de neuronas en el cerebro y pueden tener consecuencias devastadoras. Los trastornos epilépticos son frecuentes: aproximadamente un 5 a 10% de las personas sufren al menos una crisis epiléptica durante su vida. Afortunadamente, el tratamiento de las crisis epilépticas ha mejorado progresivamente con la introducción de antiepilépticos más seguros y eficaces.
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CRISIS EPILÉPTICAS Y EPILEPSIA
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Una crisis epiléptica es una alteración paroxística de la función cerebral producida por una actividad excesiva y generalmente sincronizada de un grupo de neuronas. La actividad epiléptica puede producirse en regiones muy distintas del cerebro, y sus manifestaciones físicas varían de acuerdo con la región en la que se origina. Así, el término crisis epiléptica puede referirse a un lapso de 3 segundos de alteración de la conciencia que apenas es percibido por la persona ni por los testigos del episodio. El mismo término se aplica también para una crisis epiléptica tónico-clónica de “gran mal” (grand mal) que hace que la persona pierda el conocimiento y contraiga todos los músculos del cuerpo, presentando a continuación sacudidas de todo el cuerpo que son tan violentas que pueden producir daño muscular y anomalías electrolíticas.
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En muchos casos una crisis epiléptica puede relacionarse con un desencadenante específico, como un traumatismo craneal, fiebre alta o abstinencia de alcohol. Una crisis epiléptica aislada no significa que una persona tenga epilepsia, un trastorno que se define por un aumento de la propensión a ...