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Diversos compuestos pueden influenciar la replicación viral y el desarrollo de enfermedad viral.
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La amantadina (y rimantadina) es activa contra la influenza A (pero no la influenza B) y antes ha sido efectiva en la profilaxia y el tratamiento. Sin embargo, el surgimiento de una alta tasa de resistencia de la influenza trajo por consecuencia que la amantadina (y la rimantadina) ya no se recomiende en el tratamiento de la influenza. La inmunización anual contra la influenza es la intervención primaria para prevenir la enfermedad.
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Los inhibidores de la neuraminidasa, como el zanamivir inhalado y las tabletas de oseltamivir, son efectivos en la prevención y tratamiento de la influenza A y B y también son activos contra el virus de la influenza aviaria. Casi todos los virus de la influenza A H1N1 sometidos a pruebas para determinar su resistencia al fármaco resultaron susceptibles al oseltamivir y zanamivir, pero resistentes a los adamantanos (amantadina, rimantadina). Por lo tanto, las opciones se centran sobre oseltamivir y zanamivir. A la fecha, todos los aislados resistentes al oseltamivir resultaron susceptibles al zanamivir. Como sucede con la amantadina y la rimantadina, los inhibidores de la neuraminidasa deben administrarse pronto (en 48 h) después del inicio de los síntomas para que sean efectivos. En algunos pacientes, en especial si padecen asma crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, en quienes se ha informado la aparición de broncoespasmo, es difícil usar inhaladores de zanamivir. Los episodios digestivos adversos son los efectos colaterales más frecuentes con oseltamivir. Además, mientras causa y efecto no están bien establecidos, los trastornos neuropsiquiátricos, incluida la ideación suicida, se han relacionado con el oseltamivir. Cuando se escogen como terapéutica, ambos fármacos se administran cada 12 h (oseltamavir, 75 mg VO; zanamivir, 10 mg por inhalación) durante cinco días; sin embargo, se han recomendado hasta 150 mg de oseltamivir cada 12 h para casos de enfermedad más grave. Ambos reducen la duración de los síntomas en sólo un día y la diseminación viral en dos días. No obstante, el tratamiento de los pacientes en estado crítico iniciado dentro de los primeros cinco días después de comenzados los síntomas se ha vinculado con una disminución de la mortalidad. Los dos fármacos también previenen la enfermedad en los contactos familiares de manera efectiva cuando se administran con fines profilácticos (oseltamavir, 75 mg VO una al por día; zanamivir, 10 mg inhalados una vez al día) durante 10 días. Los pacientes en estado crítico, en la mayor parte de los casos, son incapaces de recibir los antivirales por vías oral o inhalada. El peramivir es un antiviral IV que se encuentra disponible en preparación de dosis única. Es tan eficaz como el oseltamivir VO, pero más costoso.
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El aciclovir es activo contra el virus del herpes simple y el virus varicela-zóster. En las células infectadas con herpes, muestra actividad selectiva contra la DNA polimerasa viral y, por tanto, inhibe la proliferación de los virus. Administrado IV (15 mg/kg/día en tres dosis divididas), es útil en el tratamiento del herpes simple mucocutáneo en pacientes inmunodeprimidos. Puede reducir el dolor, acelerar la cicatrización y prevenir la diseminación del herpes zóster y la varicela en los pacientes con inmunodeficiencia. La dosificación usual para las infecciones serias por varicela-zóster es más alta, esto es, 30 mg/kg/día IV en tres dosis iguales. El fármaco no tiene efecto en el establecimiento de latencia, frecuencia de recurrencia o incidencia de neuralgia posherpética. El aciclovir (30 mg/kg/día IV en tres dosis iguales) es el fármaco de elección para la encefalitis herpética. La variante IV u oral es efectiva para la profilaxia contra las infecciones herpéticas mucocutáneas y viscerales recurrentes en pacientes con trasplantes y otras afecciones con inmunosupresión grave. El aciclovir profiláctico IV u oral es efectivo en la prevención de la enfermedad por citomegalovirus (CMV) en algunos ámbitos de trasplante (renal y quizá de médula ósea), pero no en otros (hígado).
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El aciclovir VO, 400 mg cada 8 h durante siete a 10 días, es efectivo en las infecciones primarias por herpes simple genital. El aciclovir VO a dosis de 800 mg cada 8 h durante dos días para el herpes genital recurrente reduce la diseminación y los síntomas virales. La terapia supresora (400 mg cada 12 h) por cuatro a seis meses reduce la frecuencia y gravedad de las lesiones herpéticas genitales recurrentes. El aciclovir afecta de manera mínima los síntomas o la diseminación viral en el herpes labial recurrente y por lo general no se usa para esta enfermedad. Sin embargo, en dosis de 400 mg cada 12 h, es efectivo en prevenir el herpes labial recurrente en quienes presentan recaídas frecuentes y en la prevención de las recaídas inducidas por el sol.
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Otros usos del aciclovir oral incluyen: 1) aceleración de la curación del herpes zóster en pacientes inmunocompetentes si se comienza dentro de las 48 h que siguen al inicio (800 mg cinco veces por día durante siete días); 2) curación más rápida del exantema y síntomas clínicos más leves de la varicela primaria en adultos y niños si se instituye dentro de las primeras 28 h que siguen al inicio del exantema y se continúa por cinco a siete días; 3) prevención de las infecciones por herpes simple y CMV en receptores de trasplantes (en dosis de 800 mg cuatro o cinco veces por día), y 4) profilaxia contra la varicela en contactos familiares susceptibles.
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El ungüento de aciclovir tópico al 5% puede abreviar el periodo de dolor y de diseminación viral en las lesiones mucocutáneas orales por herpes simple en pacientes con inmunosupresión, pero no en pacientes con inmunidad normal. En contraste, la crema de aciclovir o el ungüento de penciclovir (véase famciclovir, abajo) parecen reducir la duración del dolor y la diseminación viral en alrededor de un día en los pacientes inmunocompetentes. El aciclovir VO es más eficaz que el tratamiento tópico para esta indicación de manera significativa.
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La biodisponibilidad oral absoluta del aciclovir es de 10 a 30%. El famciclovir y el valaciclovir (véase después) son mucho mejor absorbidos que el aciclovir VO y pueden administrarse con menos frecuencia. Se requiere reducir la dosis en caso de enfermedad renal. Como la hemodiálisis reduce los valores séricos de manera significativa, la dosis diaria debe administrarse después de la hemodiálisis.
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El aciclovir casi carece de toxicidad. La precipitación del fármaco en los túbulos renales se ha descrito con el aciclovir IV y puede evitarse mediante el mantenimiento de una hidratación y un flujo urinario adecuados. Se ha descrito la resistencia al mismo, de manera habitual en pacientes inmunodeprimidos que recibieron múltiples ciclos de tratamiento.
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El famciclovir es un profármaco del penciclovir. Después de la administración oral, 75 a 80% se absorbe y desacetila en la pared intestinal para convertirse en el fármaco activo, el penciclovir. Este antiviral, como el aciclovir, inhibe la replicación viral al interferir la acción de la DNA polimerasa. Las cepas del virus herpes simple y varicela-zóster resistentes al aciclovir también son resistentes al famciclovir. En una dosis de 500 mg tres veces por día durante siete días, el famciclovir acelera la curación de las lesiones en el herpes zóster agudo si se inicia dentro de las 72 h siguientes al inicio del exantema. A una dosis de 125 mg cada 12 h durante cinco días, el famciclovir es un tratamiento efectivo del herpes genital recurrente; a una dosis de 500 mg cada 12 h, es efectivo como tratamiento supresor crónico.
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El valaciclovir es un profármaco del aciclovir que tiene una biodisponibilidad oral aumentada de forma significativa cuando se lo compara con éste. Después de su absorción, se convierte en aciclovir y los valores séricos son tres a cinco veces más altos que los que se obtienen con el aciclovir. A dosis de 1 g cada 8 h durante siete a 10 días, el valaciclovir es efectivo contra el herpes zóster cuando se comienza dentro de las 72 h siguientes al inicio del exantema y es ligeramente más efectivo que el aciclovir en el alivio del dolor que provoca el zóster. Asimismo, acorta el curso de los episodios iniciales de herpes genital (1 g cada 12 h durante siete a 10 días), puede recurrirse a éste para tratar el herpes genital recurrente (500 mg dos veces diarias durante tres días), y es efectivo para la profilaxia del herpes genital recurrente cuando se administra como una sola dosis diaria de 1 g. La profilaxia con valaciclovir (500 mg diarios) reduce la velocidad de diseminación viral y de transmisión del herpes en parejas monógamas discordantes. En una dosis de 2 g cada 6 h, el valaciclovir es más efectivo que el placebo en la prevención de infecciones por CMV en receptores seronegativos de un riñón de donador seropositivo. El perfil de efectos adversos del valaciclovir es comparable al del aciclovir.
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El foscarnet (fosfonoformato trisódico) es un análogo del pirofosfato que inhibe a la DNA polimerasa viral de virus del herpes (CMV, herpes simple, varicela-zóster) de ser humano y a la transcriptasa inversa del VIH. El fármaco se tolera mucho menos que el aciclovir y el ganciclovir y es más difícil de administrar. Por consiguiente, su uso se limita a pacientes que no responden o que no toleran el ganciclovir o el aciclovir. Aislados de CMV resistentes al ganciclovir y de herpes simple y varicela-zóster resistentes al aciclovir suelen ser susceptibles al foscarnet. La absorción VO es escasa, por lo que el fármaco debe administrarse IV. La vida media es de 3 a 5 h y se prolonga con la enfermedad renal. La dosis de inducción usual es de 60 mg/kg/dosis cada 8 h, y la dosis para el régimen de mantenimiento es de 120 mg/kg/día. En caso de deterioro de la función renal, se requieren ajustes de la dosis, aunque la afectación del riñón sea mínima (véase el instructivo del producto).
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El foscarnet puede causar una flebitis grave, por tanto, lo habitual es que se recurra a un acceso venoso central. La nefrotoxicidad, que depende de la dosis y es reversible, es la principal toxicidad. La prehidratación con 2.5 L de solución salina al 0.9% reduce la nefrotoxicidad. El foscarnet se une a los cationes divalentes, y por consiguiente, pueden surgir neuropatía periférica, convulsiones y arritmias por hipocalcemia, así como hipomagnesemia e hipofosfatemia. La vigilancia de los electrólitos y la función renal es un requisito durante el tratamiento. Otro efectos adversos frecuentes son la anemia (20 a 50%), y la náusea y vómito (20 a 30%).
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El cidofovir es un análogo de los nucleótidos que presenta actividad contra la mayor parte de los virus del herpes y poxvirus de seres humanos. El fármaco tiene una prolongada vida media intracelular farmacocinética, lo que permite un esquema de administración cada una a dos semanas. A menudo, cepas de CMV, virus del herpes simple y herpes zóster resistentes al ganciclovir o aciclovir, son susceptibles al cidofovir. Sin embargo, pese a que la probabilidad es baja, acontece resistencia cruzada entre foscarnet y cidofovir. El cidofovir retrasa la progresión de la retinitis por CMV en la enfermedad de reciente diagnóstico (5 mg/kg semanales por dos semanas, seguido de un mantenimiento de 3 a 5 mg/kg en semanas alternas) y representa un tratamiento efectivo para la recaída de la enfermedad o en pacientes que son intolerantes al tratamiento tradicional (5 mg/kg en días alternos). El fármaco es inefectivo o sólo muestra una efectividad marginal en el tratamiento de la leucoencefalopatía multifocal progresiva por SIDA. El cidofovir se acompaña de una alta incidencia de nefrotoxicidad, en ocasiones grave. Para evitar esta complicación, debe administrarse probenecid, un inhibidor de la secreción tubular activa, y solución salina IV con cada dosis. La toxicidad ocular, como la uveítis y la iritis, es otra complicación que se informa cuando se usa cidofovir.
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La ribavirina en aerosol se usa en el tratamiento de las infecciones por el virus sincitial respiratorio en los pacientes con trasplante de médula ósea. No se sabe si el agregado de inmunoglobulina provee un beneficio adicional. La ribavirina intravenosa (sólo disponible para uso compasivo) puede reducir de forma significativa la tasa de fatalidad de la fiebre de Lassa y se ha usado contra el hantavirus; sin embargo, el beneficio no es claro. Aunque se la ha utilizado en el tratamiento de algunos pacientes con síndrome de sufrimiento respiratorio agudo grave (SARS), su valor y tolerabilidad continúan en debate. Durante el brote de SARS en Toronto, el uso de dosis altas de ribavirina fueron seguidas por tasas altas de anemia, hipomagnesemia y bradicardia. El fármaco es teratógeno en animales y las mujeres embarazadas no deben hacerse cargo de los pacientes que reciben el aerosol. La ribavirina oral se usa en combinación con los interferones para tratar las infecciones por hepatitis crónica C (véase cap. 16). Se ha encontrado que la combinación de ribavirina oral y de interferón o peginterferón es superior a la monoterapia con interferón.
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El ganciclovir es un análogo del aciclovir con actividad antiviral similar, incluida la del CMV. La adición de inmunoglobulina IV o inmunoglobulina contra el CMV al ganciclovir puede mejorar los resultados de la neumonitis por CMV en los pacientes con trasplante de la médula ósea. A menudo, el ganciclovir se usa en pacientes con trasplante de órganos sólidos y células madre en el tratamiento y prevención de la infección. Sin embargo, no existe una opinión única acerca de la duración del tratamiento o la vía de administración. Antes de la disponibilidad del valganciclovir VO (véase después), el cual produce valores séricos equivalentes a los que se alcanzan con el fármaco IV, con frecuencia el ganciclovir se administraba IV y en el postrasplante inmediato por una a dos semanas. De acuerdo con el tipo de trasplante (los pacientes con trasplante de médula ósea se hallan en un riesgo mayor de desarrollar una enfermedad por CMV que los pacientes con trasplante de órgano sólido) y el estado serológico del donador y el receptor (los receptores seronegativos que reciben trasplantes de donadores seropositivos están en un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad), se usaron varios antivirales para prevenir la infección. Aciclovir, valaciclovir, ganciclovir y valganciclovir han sido usados en la prevención del CMV en pacientes con trasplante de células madre. Con la disponibilidad del valganciclovir VO, los pacientes de alto riesgo pueden beneficiarse con la profilaxia sin depender del uso de la vía IV. Además, debido a que las pruebas para detectar la infección temprana por CMV son muy sensibles, la estrategia de prevención cambió de una de profilaxia universal a una de terapia preventiva. En muchas instituciones, de manera rutinaria, los pacientes de alto riesgo se detectan por el DNA del CMV en sangre mediante la detección del antígeno o la reacción en cadena de la polimerasa. Una prueba positiva da lugar al tratamiento preventivo subsecuente con ganciclovir IV o valganciclovir VO.
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El principal efecto adverso es la neutropenia, la cual es reversible pero puede requerir el uso concomitante de factores estimulantes de colonias. La trombocitopenia, náusea, exantema, y flebitis son menos frecuentes.
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El ganciclovir oral ya no se comercializa, y ha sido remplazado por el valganciclovir, un producto de la esterificación del ganciclovir que se absorbe mucho mejor. La administración de 900 mg de valganciclovir VO produce concentraciones séricas de ganciclovir equivalentes a los que se consiguen con una dosis IV de 5 mg/kg de ganciclovir. En la retinitis por CMV de los pacientes con SIDA, el valganciclovir oral es tan eficaz como el tratamiento con ganciclovir IV. La lamivudina (3TC), un antiviral oral análogo de los nucleósidos con buena tolerancia que se usa en el tratamiento de la infección por VIH, es efectiva contra la hepatitis B. Un régimen de una vez diaria (100 mg) resulta en mejoría clínica, serológica e histológica en alrededor de 50% de los pacientes. Si bien la lamivudina es útil, el desarrollo de resistencia es usual con los tratamientos a largo plazo. La terapia tras un trasplante de hígado se acompaña de un riesgo reducido de reinfección con hepatitis B. A diferencia de la combinación de ribavirina e interferón, la lamivudina no mejora el resultado que se obtiene con la monoterapia de interferón.
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El adefovir es un antiviral con actividad contra la hepatitis B. Es tan efectivo contra los aislados susceptibles como contra los resistentes a la lamivudina. Si bien las dosis más altas usadas antes se acompañaban de nefrotoxicidad sustancial, esta complicación es rara con las dosis más bajas (10 mg/día) que se usan para tratar la hepatitis B. El antirretroviral tenofovir es cuando menos tan efectivo como el adefovir y útil en particular en el tratamiento de los pacientes coinfectados con VIH y hepatitis B. Como sucede con el adefovir, la toxicidad primaria vinculada al tenofovir es la nefrotoxicidad.
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El entecavir es un análogo de los nucleósidos que presenta actividad antiviral selectiva contra el virus de la hepatitis B (HBV), tanto contra los aislados susceptibles como resistentes a la lamivudina. Para los pacientes con hepatitis crónica B que inician tratamiento por primera vez (que nunca recibieron nucleósidos), la dosificación recomendada es de una sola tableta de 0.5 mg tomada una vez por día con el estómago vacío; para pacientes infectados con aislados resistentes a la lamivudina, se toma una sola tableta de 1 mg una vez por día. No obstante que el entecavir es útil en los aislados resistentes a la lamivudina, se ha observado resistencia cruzada a los análogos de nucleósidos entre los HBV. En ensayos basados en células, causó ocho a 30 veces menos inhibición de la replicación del HBV con mutaciones resistentes a la lamivudina que en el HBV natural. Los episodios adversos son similares a los de otros agentes contra la hepatitis B e incluyen la intensificación aguda y grave de la hepatitis B después de la interrupción, así como cefalea, dolor abdominal, diarrea, fatiga y mareo.
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La telbivudina, el agente aprobado más reciente, también es activo contra los aislados susceptibles y resistentes a la lamivudina y ensayos comparativos demuestran una clara superioridad sobre ésta. Las ventajas incluyen tanto la supresión viral como la normalización de la ALT. El tratamiento combinado de telbivudina y lamivudina no ofrece ninguna ventaja sobre la monoterapia con telbivudina. Ésta se absorbe bien VO y los alimentos no tienen impacto en su biodisponibilidad. La telbivudina se administra una vez por día y los pacientes con enfermedad renal moderada a grave requieren ajuste de la dosificación. El perfil de efectos adversos es comparable al que se observa con otros análogos de los nucleósidos.
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Fármacos contra la hepatitis C
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Los interferones humanos han sido preparados a partir de linfocitos estimulados y por tecnología recombinante del DNA. Tienen propiedades antivirales, antitumorales e inmunorreguladoras. Sus usos más extendidos incluyen el tratamiento de la hepatitis crónica debida a hepatitis B, C y D (véase cap. 16). Una preparación de interferón de acción prolongada, el peginterferón, en combinación con la ribavirina oral es superior al interferón convencional en el tratamiento de la hepatitis C. La recaída de la enfermedad subyacente después de suspender el tratamiento es habitual, pero suele responder al restablecimiento de los fármacos. Los efectos adversos son comunes e incluyen una enfermedad similar a la influenza con fiebre, escalofrío, náusea, vómito, cefalea, artralgias y mialgias. También tiene lugar supresión de la médula ósea, en especial con dosis altas de interferones. Si se toma en cuenta la baja tolerancia al interferón, sólo una minoría de pacientes infectados con hepatitis C son en realidad candidatos al tratamiento combinado.
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Los inhibidores de la proteasa de serina boceprevir y telaprevir representan un avance notable en el tratamiento de la hepatitis C. Estos fármacos son extremadamente eficaces en el tratamiento de esta enfermedad, pero se asocian con toxicidad sustancial. Tienen eficacia limitada en infecciones por virus de la hepatitis C cuando no corresponden al genotipo 1, además de presentarse la necesidad de administrar estos antivirales en forma simultánea con interferón.
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Por fortuna, existe una amplia variedad de nuevos fármacos, que incluye antivirales de acción directa y antivirales dirigidos al hospedador. Su eficacia, amplitud de espectro genotípico, probabilidad de resistencia al fármaco, efectos secundarios e interacciones farmacológicas son variables. El sofosbuvir es un antiviral que no requiere la administración simultánea de interferón y que puede ser curativo en algunos pacientes. Sin embargo, el costo es elevado, de unos $28 000 dólares por cuatro semanas ($1 000 dólares por día en la preparación de píldoras), $84 000 dólares por 12 semanas de tratamiento, que se ha recomendado para la mayor parte de los pacientes y de $168 000 dólares por las 24 semanas para el tratamiento de los genotipos más difíciles. Está disponible una combinación de ledipasvir y sofosbuvir, la cual es mejor que la monoterapia con sofosbuvir. Puede lograrse respuesta virológica sostenida en más de 95% de los pacientes con hepatitis C crónica con pocos efectos secundarios. Además de la combinación de ledipasvir/sofosbuvir, también está disponible una combinación (ombitasvir, paritaprevir y ritonavir en tabletas combinadas con dasabuvir) para el tratamiento de pacientes con infección crónica por virus de la hepatitis C de genotipo 1. Como sucede con la combinación de ledipasvir con sofosbuvir, 91 a 100% de los pacientes que recibieron la combinación antes mencionada presentaron respuesta viral sostenida. El costo de estos productos combinados es similar al de sofosbuvir, lo que representa retos en el tratamiento de tales pacientes. A diferencia de la combinación de ledipasvir con sofosbuvir, la combinación de ombitasvir, paritaprevir y ritonavir con dasabuvir se ha asociado con hepatotoxicidad grave en los pacientes. Casi están aprobados otros fármacos contra la hepatitis C, muy eficaces, más bien no tóxicos, pero probablemente costosos, y la pipelina antiviral para tratar esta enfermedad es prometedora.
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