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El síndrome de la vena cava superior (SVCS) es un conjunto de signos y síntomas causados por el deterioro del flujo sanguíneo a través de la vena cava superior a la aurícula derecha, un deterioro que ocurre como resultado de una obstrucción intrínseca o extrínseca.1 Los síntomas que hacen sospechar este síndrome son disnea, tos y tumefacción de la cara, cuello, tronco superior y extremidades. En raras instancias, los pacientes se pueden quejar de ronquera, dolor de tórax, disfagia y hemoptisis. Los signos físicos que se pueden observar al presentarse son distensión de las venas del cuello, así como dilatación de las venas superficiales del tórax, edema de la cara o de las extremidades superiores, plétora y taquipnea. Rara vez, también se puede presentar cianosis, síndrome de Horner, estridor laríngeo, una cuerda vocal paralizada y disfunción cognitiva secundaria a la hipertensión venosa cerebral.2 La supervivencia depende del estado de la enfermedad del paciente.
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En Estados Unidos se producen cerca de 15 000 casos anuales,2,3 en México no hay informes disponibles. En el Instituto Nacional de Cancerología se presentan aproximadamente cuatro casos por año, aunque la incidencia puede estar subestimada. La mayoría de los pacientes se encuentran entre los 50 y 70 años de edad y hay un ligero predominio en hombres, debido a la alta incidencia de cáncer de pulmón en esta población.
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El conocimiento de la anatomía de la vena cava superior (VCS) y su relación con los ganglios linfáticos circundantes es esencial para la comprensión del desarrollo del síndrome. La VCS está formada por la confluencia de las venas braquiocefálicas izquierda y derecha en el tercio medio del mediastino. La VCS se extiende en dirección caudal de 6 a 8 cm, para terminar en la cara superior de la aurícula derecha, y se extiende hacia delante, por lo que se acerca al bronquio principal derecho. La vena ácigos se une a la vena cava superior por su cara posterior al doblar hacia el bronquio derecho principal y está en posición posterior a la aorta ascendente y a su derecha. La pleura mediastínica parietal es lateral a la vena cava superior, donde crea un espacio limitado, y la VCS está adyacente a los grupos ganglionares peritraqueales derechos, ácigos, hiliares derechos y subcarinales. En sí, este vaso sanguíneo es de paredes delgadas y la sangre que fluye por su interior se halla a baja presión. Así, cuando los ganglios o la aorta ascendente aumentan de tamaño, la VCS es comprimida, el flujo de sangre se hace lento y puede ocurrir una oclusión total.
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La gravedad del síndrome depende de la rapidez con que se establece la obstrucción y de su localización. Entre más rápido inicia, más graves son los síntomas y signos porque las venas colaterales no tienen tiempo de distenderse para dar cabida a ...