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Introducción

Los tumores malignos del tubo digestivo son relativamente comunes; tan solo en 2012 se presentaron alrededor de 2 300 000 nuevos casos de cáncer colorrectal y gástrico en todo el mundo.1 Muchos de estos pacientes desarrollan una urgencia abdominal a la presentación de la enfermedad, durante su curso clínico o hacia el final de su vida. Además de las complicaciones derivadas de los tumores primarios en el abdomen, también se presentan complicaciones derivadas de las metástasis peritoneales de otros tumores (sobre todo colon, ovario, páncreas, estómago) o metástasis a la pared del intestino (en especial melanoma, cáncer de pulmón, mama, cérvix, sarcomas y cáncer de colon).2-4

Se ha informado que la presentación del cáncer con un síntoma que requiere atención de urgencia tiene una influencia sobre la supervivencia global, de forma independiente a otros factores. En un estudio, en 14.4% de los pacientes con cáncer gástrico su enfermedad se presentó con un síntoma de urgencia. En general, los pacientes tuvieron una supervivencia mediana de seis meses, en comparación con los pacientes que fueron tratados de forma electiva con una supervivencia mediana de 12 meses.5

En oncología, la presentación de una urgencia gastrointestinal puede ser resultado de la invasión local del tumor, de progresión regional o derivada de los tratamientos (quimioterapia, radioterapia, cirugía). Las complicaciones gastrointestinales que se presentan como urgencias incluyen, con mayor frecuencia, obstrucción intestinal, perforación, sangrado, enterocolitis neutropénica y enteropatía posterior a radioterapia.6 A menudo, el paciente oncológico se encuentra neutropénico y trombocitopénico y tiene un alto riesgo de sangrado quirúrgico y sepsis.6 Es importante distinguir aquellos casos que requieren un tratamiento quirúrgico de urgencia (p. ej., pacientes con abdomen agudo secundario a perforación) de los que pueden manejarse con métodos endoscópicos (p. ej., pacientes con sangrado de tubo digestivo) o percutáneos (p. ej., drenaje de un absceso).

Obstrucción intestinal de etiología maligna

La obstrucción puede ser de tipo mecánico o funcional; intraluminal, intramural o extrínseca. La funcional puede ser por infiltración del tumor hacia el mesenterio o inducida por la administración de analgésicos opioides. El tratamiento quirúrgico puede lograr el objetivo de paliar la obstrucción, pero muchas veces se acompaña de complicaciones serias hasta en 44% de los pacientes.7,8

Obstrucción del intestino delgado

La obstrucción del intestino delgado puede deberse al tumor primario (intraluminal)9 o a la compresión ejercida por un tumor primario externo al tubo digestivo o por carcinomatosis (extrínseca) y por lo general produce un cuadro agudo. En ocasiones, la obstrucción del intestino delgado en un paciente oncológico puede estar relacionada con una causa no oncológica (hernias, procesos inflamatorios). Cerca de un tercio de las obstrucciones del intestino delgado en pacientes con recurrencia tumoral se relaciona con adherencias benignas y no con el tumor.3,4 En estos casos, algunos factores que pueden predecir ...

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