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El mesotelioma maligno es el tumor primario más frecuente de la cavidad pleural, donde se origina de la superficie serosa o mesotelio; su comportamiento es agresivo y tiene un pobre pronóstico. En Estados Unidos, se estiman 3 300 casos nuevos anuales, que han ido en descenso por el control a la exposición del asbesto, pero se han incrementado en otros países como Inglaterra y Australia.1,2 En México, no se cuentan con cifras oficiales de su incidencia. Su mayor frecuencia es en varones, con una relación 3:1 con respecto a las mujeres, y la edad promedio es a partir de los 50 años. La sobrevida media es de un año a partir del inicio de los síntomas.3
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En 70% de los casos, se relaciona con la inhalación de asbesto, por lo que se considera el principal factor de riesgo. El asbesto es un grupo de fibras minerales de sílice que tienen facilidad para romperse en pequeñas fibras que pueden inhalarse. Desde el punto de vista morfológico, se dividen en anfíbolas (crocidolita) y serpentinas (crisolita); las primeras se vinculan más con el desarrollo de mesotelioma que las segundas.4 Después de la exposición, no existe prevención secundaria o tratamiento profiláctico. Es importante destacar la relación directa entre la dosis y el riesgo de mesotelioma, al igual que el tiempo de latencia, el cual es de 20 a 40 años, por lo que se espera que el número de casos siga al alza pues hace muy poco tiempo que algunos países desarrollados eliminaron el asbesto de sus hogares. Lo contrario sucede en los países en desarrollo, donde no hay control sobre éste. El efecto sinérgico del asbesto con el tabaquismo incrementa el riesgo hasta 60 veces para cáncer de pulmón.5
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La exposición a la radiación ionizante en campos supradiafragmáticos puede ser un factor de riesgo, aunque con un largo periodo de latencia, en primer lugar en pacientes que reciben tratamiento por enfermedad de Hodgkin o linfoma de no Hodgkin, en quienes la presentación del mesotelioma es más temprana y con mejor sobrevida.6 Otro factor de riesgo es el virus simiano 40, un poliomavirus que inactiva a genes supresores de tumores como el p-53 y el p-RB, y del que se cree que existe un efecto sinérgico con la exposición al asbesto.7 Los factores genéticos también tienen un importante papel para el desarrollo de esta neoplasia, y por ejemplo la inactivación de la desubiquitinasa BAP-1 guarda relación con el mesotelioma maligno.8
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Desde la perspectiva histológica, el mesotelioma se divide en epitelial, sarcomatoide y bifásico (mixto). El más común es el tipo epitelial, que se presenta en 60% de los casos, mientras que el tipo sarcomatoide sólo representa 10%, pero con una sobrevida menor a un año y resistente a los tratamientos.9 El diagnóstico ...