++
El trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH) forma parte del tratamiento curativo y de control de la enfermedad en diversas neoplasias hematooncológicas y neoplasias sólidas, así como también para corregir una variedad de estados de insuficiencia medular, errores congénitos del metabolismo e inmunodeficiencias. A pesar de que se tiene un poco más de 50 años de realizarlo, el trasplante hematopoyético creció mucho como recurso terapéutico en las últimas dos décadas, y en la actualidad se realizan más de 20 000 trasplantes anuales, de acuerdo con el último reporte del Registro Internacional de Trasplante de Médula ósea (CIBMTR). En este capítulo se ofrece una breve descripción de los principios básicos del TCPH y sus resultados, así como la experiencia del Instituto Nacional de cancerología (INCan).
++
La historia de los trasplantes de médula ósea como modalidad terapéutica pertenece en realidad a la era moderna y son muy conocidos los premios que recibió el Dr. Edward Thomas en Seattle, Washington, por sus trabajos al respecto como pionero en la materia.1-3
++
En México, se llevó a cabo el primer trasplante exitoso de médula ósea en un paciente con diagnóstico de anemia aplásica en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en 1979, trabajo que en 1980 publicaron los doctores Sosa, Córdova, Labardini y Chávez en la Revista de Investigación Científica.4
++
Los objetivos de un TCPH dependen del tipo de padecimiento, pero sobre todo consisten en restaurar la hematopoyesis del enfermo con fines curativos cuando se utilizan células progenitoras de un donante sano en el trasplante alogénico o con fines de control de la enfermedad después de recibir dosis altas de quimioterapia, en el caso de un trasplante autólogo.5
++
En el TCPH, se utilizan diferentes tipos de acondicionamiento con base en el tipo de enfermedad y características propias del paciente, y son el mieloablativo, el no mieloablativo y el de intensidad reducida. El esquema mieloablativo consiste en la destrucción irreversible de la hematopoyesis del paciente, para lo cual se requiere el soporte con CPH para poder restaurar la misma. En el esquema no mieloablativo la hematopoyesis puede afectarse en forma mínima y puede restaurarse en forma autóloga. En el esquema de intensidad reducida, la hematopoyesis se puede afectar en diversos grados, por lo que se necesita soporte con CPH.6 Las complicaciones agudas secundarias al trasplante se deben en primer lugar al efecto de la quimioterapia sobre las mucosas, como es la mucositis y las infecciones vinculadas con la inmunosupresión, o al periodo de aplasia que presentan los pacientes durante el periodo del trasplante.7
++
Hoy en día, con la adecuada selección de pacientes, educación previa del paciente e implementación de medidas preventivas de autocuidado y mejores medicamentos antimicrobianos, estas complicaciones son menos graves, pese a lo cual el modelo ideal de trasplante exento de complicaciones todavía no se logra. Por ello, aún es ...