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Desnutrición y sus implicaciones

Una de las características distintivas del paciente oncológico es el riesgo de presentar desnutrición,1 situación que si bien está determinada por varios factores, depende sobre todo de dos que ejercen una influencia decisiva: a) las alteraciones condicionadas por la propia enfermedad, y b) la terapéutica antineoplásica a la cual son sometidos.2 Es importante mencionar que la desnutrición varía entre un tipo de cáncer y otro, de manera que los de mayor impacto en el terreno nutricional son el gástrico, el de páncreas, esófago, de cabeza y cuello, y el de pulmón.3 Además, la desnutrición depende del estadio de la enfermedad y de los órganos comprometidos.

La incidencia de desnutrición en el paciente oncológico va de 30 a 87% aproximadamente, de acuerdo con algunos autores,4,5 de modo que la desnutrición llega a ser uno de los principales síntomas de la enfermedad. Las consecuencias de la desnutrición en estos pacientes incluyen un incremento en el riesgo de complicaciones, disminución de la respuesta y tolerancia al tratamiento, mengua en la calidad de vida, reducción en la supervivencia, aunado al incremento de los costos del tratamiento.6 En particular, en el paciente quirúrgico, existe una clara correlación entre el grado de desnutrición y el incremento en el riesgo de complicaciones posoperatorias;7,8 así, por ejemplo, las deficiencias nutricionales pueden contribuir a un incremento en la morbimortalidad perioperatoria entre pacientes con cáncer de esófago que reciben tratamiento multimodal comparados con pacientes que sólo se someten a una resección.9

Evaluar el estado nutricional de estos pacientes requiere una serie de parámetros que no se logran obtener en una primera consulta; de allí que se necesiten indicadores de desnutrición que puedan determinarse con facilidad y desde la primera entrevista. Tal es el caso de la pérdida involuntaria de peso, indicador que destaca por su practicidad y relevancia. Este parámetro se ha empleado en un gran número de estudios, puesto que lo considera un elemento significativo de desnutrición y como factor pronóstico.10 En pacientes con pérdida de peso, se observa que, antes de someterse a la terapéutica antineoplásica, la calidad de vida y la supervivencia decrecen.11-14 La pérdida de peso involuntaria de más de 5% durante los últimos seis meses se considera de significancia clínica.15 Las guías de la American Society of Parenteral and Enteral Feeding (ASPEN) definen a la desnutrición como la pérdida involuntaria de peso de 10% o más del peso habitual en seis meses o de 5% o más del peso habitual en un mes.16

Si bien la pérdida de peso está vinculada con la desnutrición y ambas con la caquexia, para que esta última pueda diagnosticarse como tal, de acuerdo con un consenso reciente, debe manifestar, además de una pérdida de peso involuntaria superior a 5% del peso habitual en el periodo de los 3 a 12 meses previos, una ...

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