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Desde hace unos 130 años subsiste la controversia en cuanto a los aspectos fisiológicos del estado acidobásico y el método ideal para valorar sus trastornos.1 Los dos métodos más comunes recomendados para analizar los trastornos de esa índole son el tradicional, orientado al bicarbonato2,3 y el de Stewart, o de iones fuertes.4,5 El enfoque tradicional señala que la homeostasia acidobásica se conserva por el control respiratorio de la presión parcial de dióxido de carbono (PCO2) a través de cambios en la ventilación alveolar y el control de la reabsorción de HCO3- y la excreción del ión H+ por los riñones. Peter Stewart planteó que la fisiología acidobásica comprende la interacción dinámica de los líquidos corporales y muchas especies de sustancias químicas que incluyen los iones fuertes (predominantemente Na+, K+, Ca2+ y Mg2+ y Cl-) y los ácidos débiles, así como el control de PCO2 por los pulmones.
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Ambos métodos conllevan limitaciones. El modelo tradicional basado en el bicarbonato sigue siendo el más usado en la cabecera del paciente3, pero se le ha criticado porque no identifica anomalías acidobásicas proveniente de alteraciones en el agua libre plasmática o en casos complejos de trastornos acidobásicos mixtos.6,7 Del método de Stewart se ha destacado la precisión para identificar trastornos acidobásicos, pero se le ha criticado la dificultad para utilizarse en la cabecera del paciente.7-11 En este capítulo no se dan detalles del método de Stewart, pero se reconoce su importancia y contribución para destacar las limitaciones del primer método, lo cual ha permitido hacer modificaciones que mejoran el rendimiento del método tradicional en su aplicación directa.8 Por ejemplo, por el empleo del factor de corrección del nivel de albúmina (que se detalla en este capítulo), la utilidad y la precisión del método tradicional son similares a las de la técnica de Stewart para identificar anormalidades acidobásicas complejas en sujetos en estado crítico.8-12
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Muchas enfermedades incluyen las que desde el comienzo constituyen una amenaza inminente para la vida, ocasionan perturbaciones acidobásicas que aportan datos importantes en cuanto a la naturaleza del cuadro primario y sugieren la necesidad de intervenciones terapéuticas inmediatas. Aún más, los tratamientos en la sala de urgencias, como la reanimación rápida en individuos en estado crítico a veces ocasionan trastornos acidobásicos involuntarios. En el capítulo presente se señala una estrategia práctica para la valoración y el tratamiento clínicos de trastornos acidobásicos.
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MEDICIÓN DE LA ACIDEZ PLASMÁTICA
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En circunstancias normales la concentración del ión hidrógeno en el plasma ([H+])(1) es de 40 nmol/L y corresponde a un pH de 7.4. El pH es una transformación logarítmica de [H+], y por esa razón, la relación del ión hidrógeno con el ...