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INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
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La idea de una mujer que se presenta en el servicio de urgencias en parto activo es justificablemente una causa de ansiedad: el médico de urgencias debe hacer frente no sólo al recuerdo a menudo enmohecido de las etapas del parto normal, sino más bien lidiar con el conocimiento de que hay complicaciones graves e incluso mortales relacionadas con el trabajo de parto. La supervivencia materna y fetal puede depender de la capacidad de manejar satisfactoriamente la preeclampsia, eclampsia, hemorragia, distocia de hombro, presentación anormal, prolapso del cordón, parto de nalgas o sufrimiento fetal. Todo servicio de urgencias ha de estar preparado para atender a una mujer en parto activo. Las herramientas constan de un estuche básico para parto, un calentador o aislante para lactantes e insumos y equipo médico para la reanimación neonatal (cap. 108 y cuadros 101-1 y 101-2).
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