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INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
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La epidemiología y presentación de la hemorragia gastrointestinal varía según se origine en el tubo digestivo alto o bajo. La hemorragia de tubo digestivo alto es aquella proximal al ligamento de Treitz, mientras que la hemorragia de tubo digestivo bajo se origina en un sitio distal a dicho ligamento. La hemorragia de tubo digestivo alto es relativamente poco frecuente en niños; una encuesta poblacional informó incidencia de 1 a 2 casos por 10 000 niños/año.1 La hemorragia de tubo digestivo bajo es más común, pero la mayor parte de los casos son benignos y ceden en forma espontánea.2 En un estudio, la hemorragia de tubo digestivo bajo representó la queja principal de 0.3% de los niños que acudieron a los servicios de urgencias pediátricas, pero sólo 4.2% de estos pacientes tuvieron hemorragia que se consideró potencialmente letal.3
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En niños, son variables los signos y síntomas de hemorragia de tubo digestivo: pequeñas estrías sanguinolentas de color rojo brillante o coágulos en el vómito o en las evacuaciones, vómito de sangre visible (hematemesis), evacuaciones alquitranadas (melenas) o la expulsión de sangre roja brillante a través del recto (hematoquezia). La hemorragia oculta puede causar palidez inexplicada, fatiga y anemia. La gravedad se valora por medio de los signos vitales, el aspecto físico y el estado hemodinámico del paciente, que llevan al cálculo del volumen de sangre perdido. Los síntomas y signos preocupantes incluyen palidez, diaforesis, letargo, dolor abdominal, taquicardia, hipotensión y alteración del estado mental. La hemorragia gastrointestinal puede poner en riesgo la vida; los avances en la endoscopia, radiología y nuevas modalidades terapéuticas han ayudado a identificar las causas de hemorragia con mayor precisión y han brindado más opciones terapéuticas.
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Se valora la hemorragia y se inician las medidas de reanimación si el niño tiene datos de choque hemorrágico. Luego se realizan la anamnesis y exploración física cuidadosas a fin de establecer si la hemorragia proviene de tubo digestivo alto o bajo, porque el estudio diagnóstico subsiguiente y el tratamiento difieren entre ambos casos. Así, se reducen las opciones del diagnóstico diferencial a partir de los datos de la anamnesis, exploración física, estudios de laboratorio y clasificación de la hemorragia de tubo digestivo alto o bajo con base en la edad. La presencia de melena, hematoquezia, mal aspecto o volúmenes moderados a grandes de sangre fresca en el vómito se asoció con hemorragia de tubo digestivo alto clínicamente significativa (definida como una disminución en las concentraciones de hemoglobina >20 g/L, la necesidad de transfusión, la necesidad de endoscopía urgente o la necesidad de realizar un procedimiento quirúrgico).4
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VALORACIÓN DE LA HEMORRAGIA E INICIO DE LA REANIMACIÓN
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Existen varios aspectos importantes a considerar. ¿El paciente se encuentra estable o inestable? ¿Es en realidad sangre y proviene del tubo digestivo? ¿El volumen de sangre es pequeño o grande? ...