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INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
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En la zona occidental de Estados Unidos cada año millones de personas visitan zonas montañosas de altitudes mayores de 2 440 m. Además, decenas de miles se transportan a altitudes grandes en otras zonas del mundo. Están en expansión las aventuras en regiones montañosas.1 Es posible que los médicos que trabajan o que viajan a dichos sitios o cerca de los mismos tengan que atender a personas con enfermedades por grandes altitudes o cuadros preexistentes exacerbados por las altitudes. Este capítulo se centrará en los problemas de la hipoxia, pero los sujetos en un entorno montañoso a veces necesitan atención de enfermedades coexistentes como hipotermia (cap. 209, Hipotermia), congelamiento (cap. 208, Lesiones por frío), traumatismo, queratitis por luz ultravioleta, deshidratación y lesiones por rayos (cap. 218, Lesiones eléctricas y por rayo).
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Las grandes altitudes (>2 440 m) constituyen un ambiente hipóxico. Como la concentración de oxígeno en la troposfera permanece constante a 21%, la presión parcial de oxígeno (PO2) disminuye en función de la presión barométrica. En Denver, a 1 610 m, la presión del aire es 17% menor que al nivel del mar. El aire de Aspen, Colorado, a 2 440 m, tiene 26% menos oxígeno que al nivel del mar. A los 5 490 m el oxígeno en el entorno disminuye a la mitad, en tanto que en la punta del Monte Everest es tan sólo la tercera parte. Oxígeno complementario previene síntomas de enfermedad por altura durante la exposición a presiones barométricas bajas, por lo que la causa de la enfermedad es la hipoxia, no la presión barométrica baja por sí misma.
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La altura puede dividirse en etapas de ascenso según sean los efectos fisiológicos. La elevación intermedia, 1 520 a 2 440 m, reduce el desempeño para el ejercicio y aumenta la ventilación alveolar sin causar daños mayores al transporte arterial de oxígeno. La enfermedad de montaña aguda (AMS, acute mountain sickness) se produce a una altura de 2 130 a 2 440 m, algunas veces a altitudes menores en personas muy susceptibles. Dentro de las altitudes mencionadas, los pacientes con limitaciones de la respuesta ventilatoria, como el caso de algunas enfermedades neuromusculares o los que tienen hipoxemia preexisistente, pueden mostrar intensificación de sus síntomas. La gran altitud, 2 440 a 4 270 m, se relaciona con descenso de la saturación de oxígeno arterial (SaO2); puede haber hipoxemia marcada durante el ejercicio y el sueño. La mayor parte de los casos de problemas médicos relacionados con la altitud se desarrolla en este intervalo de elevación debido a la disponibilidad de instalaciones para que los turistas pernocten a estas altitudes. La altitud muy grande, 4 270 a 5 490 m es infrecuente en Estados Unidos, pero la alcanzan los visitantes a las regiones montañosas de Sudamérica y la cordillera del Himalaya. El ascenso súbito puede ...