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INTRODUCCIÓN

Este capítulo se enfoca en trastornos frecuentes de las manos, pies y extremidades, y se organiza en los siguientes subgrupos: úlceras, trastornos inflamatorios, infecciones cutáneas y trastornos cutáneos vasculares.

ÚLCERAS

DERMATITIS POR ESTASIS VENOSA Y ÚLCERAS VENOSAS EN LAS PIERNAS

Casi todas las úlceras en las piernas son úlceras por estasis venosa debida a insuficiencia venosa crónica.1 Por lo general, la insuficiencia venosa crónica se produce por episodios de flebitis o venas varicosas, ambas dañan las válvulas venosas. Esto genera retorno venoso deficiente desde las extremidades inferiores, lo que eleva la presión hidrostática, causa edema en las extremidades inferiores y dermatitis por estasis.

La dermatitis por estasis temprana se caracteriza por edema en regiones inferiores, eritema e hiperpigmentación anaranjada parda. Las zonas afectadas con mayor frecuencia son la parte medial distal de las piernas y la región pretibial. Los casos más crónicos y graves pueden incluir eritema brillante exudativo e incluso ulceración (fig. 253-1). El prurito es frecuente. La dermatitis por estasis puede complicarse por celulitis y la linfangitis. La presencia de costras color miel y pústulas sugiere una infección bacteriana secundaria.

FIGURA 253-1

Estasis venosa. (Fotografía proporcionada por University of North Carolina Department of Dermatology.)

Las úlceras por estasis a menudo comienzan en zonas con dermatitis por estasis. Los sitios afectados con mayor frecuencia son ambos maléolos y la cara medial de la pantorrilla. El diagnóstico es clínico. La infección secundaria es frecuente en la exacerbación aguda. En el cuadro 253-1 se lista el diagnóstico diferencial de las úlceras en la pierna. Ciertos trastornos, como las ulceraciones arteriales, piodermia gangrenosa y poliarteritis nodosa, requieren atención inmediata. Si los pulsos periféricos están disminuidos o ausentes, deben realizarse estudios del flujo sanguíneo para descartar úlceras arteriales. Si el paciente refiere el desarrollo rápido de una úlcera que comenzó como una pústula o un nódulo eritematoso y la lesión tiene bordes violáceos colgantes, debe sospecharse piodermia gangrenosa. Si hay duda diagnóstica, consulte al dermatólogo.

CUADRO 253-1Diagnóstico diferencial de úlceras en las extremidades

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