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Epígrafe

Echar una mirada a los libros y dos a la vida.

Goethe

Panorama general

El campo de investigación de la personalidad es un cosmos que se expande activamente; tan sólo acerca de sus constelaciones (temperamento y carácter) han surgido tantas teorías e intentos de tamizaje que para cada una de ellas aparecen nuevas investigaciones y literatura de divulgación. Por ejemplo, Susan Cloninger,1 en su obra Teorías de la personalidad, aborda todas estas perspectivas:

  • Psicoanalítica.

  • Psicoanalítica social.

  • De los rasgos.

  • Del aprendizaje.

  • Humanista.

  • Enfoque cognitivo del aprendizaje social.

En este capítulo ponderamos investigaciones valiosas y actuales sobre la personalidad, conservando algunos encuadres que siguen siendo útiles en la práctica de la clínica, y que ya se han vuelto clásicos en nuestro ámbito médico; algunos proceden de nuestros maestros: doctor Ramón de la Fuente M., doctor José Luis Patiño R., las orientaciones del carácter del doctor Erich Fromm, quien desarrolló investigaciones en México, donde residió de 1950 a 1973.

Introducción

Desde la concepción de un nuevo ser humano, se pone la primera piedra de lo que será la obra negra de una sencilla choza o una catedral monumental. La concepción es una variable orgánica que ha de incidir en la historia vital de quien va a nacer en ausencia de su voluntad. La ontogenia recorrerá un camino predestinado por una constelación de moléculas de DNA, origen primario de una plataforma a la que llamamos temperamento, punto de continuidad de otra a la que denominamos carácter, donde incidirán muchas variables del ambiente que darán origen a un proceso nuevo y único: la personalidad de otra entidad humana. Cada miembro de la pareja aporta su patrimonio biopsicológico heredable, que procede de un nicho ambiental poblado por infinidad de otros seres que, a su vez, traen sus destinos a cuestas.

Hay médicos (aun psiquiatras) que consideran la personalidad como algo ajeno al campo de sus intereses; prefieren dejar eso en manos de psicólogos o psicoanalistas. Pero: ¿por qué es tan importante para el médico considerar la personalidad tanto de sus pacientes como la propia? Porque lo que determina la conducta de un sujeto al encarar un padecer, depende de sus reacciones únicas y distintas ante la enfermedad que afronta: ¿amenaza ésta su funcionalidad o su vida?, ¿fue de inicio progresivo o agudo?, ¿enfrenta dolor o no?, ¿tendrá que replantear su existencia dadas sus necesidades básicas? Por ejemplo: un trompetista, por razones obvias, no reacciona igual que un violinista ante un diagnóstico de tuberculosis pulmonar.

Comprender procesos y reacciones particulares de un enfermo ante su padecer no surge del sentido común del médico, pero ese entendimiento le será tan útil como lo que aprendió de anatomía, fisiología o bioquímica. La personalidad acciona estilos propios de vivir y afrontar la enfermedad. El objetivo ...

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