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INTRODUCCIÓN

BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Los signos y síntomas simulan enfermedad nasosinusal benigna.

  • Los tumores malignos por lo general se presentan en una etapa avanzada de la enfermedad.

  • Con frecuencia se requieren marcadores inmunohistoquímicos en el diagnóstico definitivo de los tumores.

Consideraciones generales

Las neoplasias de senos paranasales, tanto benignas como malignas, son relativamente infrecuentes en cabeza y cuello. Los tumores malignos de senos paranasales comprenden alrededor de 3% de los cánceres de cabeza y cuello, y 0.5% de todas las neoplasias malignas. En general, estos tumores se identifican y tratan en etapas avanzadas, ya que sus síntomas simulan afecciones inflamatorias benignas. La neoplasia maligna más habitual de la nariz y los senos paranasales es el carcinoma epidermoide. Este tumor surge con más frecuencia del antro maxilar y es menos común que emerja del seno etmoidal. El tratamiento incluye resección quirúrgica, radioterapia y, en pocas ocasiones, quimioterapia. Los tumores benignos se presentan de una manera similar y casi siempre necesitan resección quirúrgica y seguimiento posoperatorio cercano. Debido a que el uso clínico de endoscopios nasales va en aumento, tanto los tumores benignos como los malignos se identificarán más temprano en la progresión de la enfermedad.

Manifestaciones clínicas

A. Signos y síntomas

Los síntomas de presentación más comunes en pacientes con neoplasias de senos paranasales son obstrucción nasal, rinorrea y congestión sinusal, las cuales son similares a aquellas de pacientes con enfermedades nasosinusales benignas. Sin embargo, mientras las masas crecen, las neoplasias de senos paranasales provocan dolor facial y epistaxis. Además, los síntomas orbitarios como diplopía, proptosis, pérdida visual y epífora, pueden ocurrir con la invasión neoplásica o bien, con la expansión hacia la órbita. La entrada a través de la base del cráneo en la fosa craneal anterior puede ocasionar cefalea, neuropatías craneales y síntomas ocasionales del lóbulo frontal (como alteraciones de la personalidad). Los tumores también pueden invadir el maxilar y presentarse como una masa del paladar duro.

B. Exploración física

La exploración física de un paciente con sospecha de contar con una neoplasia paranasal debe incluir un examen completo de cabeza y cuello que incluya una endoscopia nasal diagnóstica. Mientras que los tumores pequeños crecen sin manifestaciones, los síntomas nasales persistentes deben valorarse con endoscopia nasal.

1. Nariz y senos paranasales.

La exploración de la nariz y de la cavidad de los senos paranasales puede revelar una masa nasal con pólipos que la cubren o mucosa polipoide. El tabique quizá muestre una desviación marcada hacia el lado contralateral debido a la expansión de la neoplasia, algunas veces con erosión tumoral hacia la cavidad nasal contralateral. Una valoración endoscópica es preferible para valorar la mucosa, identificar masas y el drenado.

2. Cavidad oral.

Es necesario examinar ...

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