++
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Las neoplasias primarias de los tejidos blandos en cabeza y cuello son infrecuentes.
Los tumores benignos más habituales son los paragangliomas y los tumores de células nerviosas.
La neoplasia maligna más común es el carcinoma epidermoide metastásico de la parte alta del tubo digestivo.
La valoración del carcinoma epidermoide metastásico sin un sitio primario identificable con facilidad es extensa, y el tratamiento, controvertido.
Las disecciones del cuello se realizan para tratar neoplasias metastásicas y saber si hay metástasis ocultas.
+++
Consideraciones generales
++
Las neoplasias del cuello incluyen no sólo el carcinoma epidermoide metastásico, sino otros tumores primarios del cuello. El carcinoma epidermoide metastásico emerge de la parte alta del tubo digestivo y se presenta en los ganglios linfáticos y del cuello; otras neoplasias primarias surgen de los tejidos blandos del cuello, como grasa, tejido fibroso, músculo, vasos sanguíneos, vasos linfáticos y paraganglios (cuadro 28-1). Estos tumores primarios son bastante infrecuentes, lo cual dificulta muchas veces el diagnóstico patológico. La evaluación de todas las masas del cuello consiste en obtener una historia clínica completa y llevar a cabo una exploración física.
++
+++
Manifestaciones clínicas
++
El síntoma de presentación de una neoplasia del cuello es una tumoración indolora que crece en el cuello ya sea de manera extremadamente lenta o muy rápida. A la exploración física suele haber una masa bien circunscrita. En ocasiones, la ubicación de la masa sugiere su causa.
+++
B. Estudios de imagen
++
La imagenología con tomografía computarizada (CT, computed tomography) o imagen por resonancia magnética (MRI, magnetic resonance imaging) es crítica para estas lesiones, en especial si estos estudios se realizan antes de una biopsia. Un estudio preoperatorio puede evaluar mejor tanto el tamaño como la extensión de la lesión, sin factores que lo dificulten. El mejor estudio es por MRI, ya que permite una mayor diferenciación del tejido blando. Una tomografía por emisión de positrones (PET, positron emission tomography) quizá sea crucial al valorar a pacientes con enfermedad metastásica con objeto de identificar tumoraciones concomitantes. Los estudios adicionales, como angiografía y, recientemente, angiografía por resonancia magnética (MRA, magnetic resonance angiography) añaden información valiosa al diagnóstico de lesiones vasculares (p. ej., tumores del cuerpo carotídeo y malformaciones vasculares).
+++
C. Pruebas especiales
+++
1. Biopsia por aspiración con aguja fina.
++