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Los desórdenes por grandes altitudes son debidos principalmente a la hipoxia; la rapidez y la altura del ascenso influyen en el riesgo de ocurrencia.
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El mal agudo de montaña (AMS, acute mountain sickness) se ve usualmente en las personas no aclimatadas que hacen una ascensión rápida a más de 2 000 m (6 560 pies) por encima del nivel del mar. Los síntomas, que asemejan una resaca, se pueden desarrollar en las seis horas posteriores al arribo; los síntomas típicos incluyen dolor de cabeza bifrontal junto con una combinación de perturbación gastrointestinal (GI, gastrointestinal), mareo, fatiga, o perturbación del sueño. El empeoramiento del dolor de cabeza, los vómitos, oliguria, la disnea y la debilidad indican la progresión del AMS. Los hallazgos del examen físico en el AMS temprano son limitados. Pueden ocurrir hipotensión postural y edema periférico y facial. Se notan estertores en los pulmones hasta en 20% de los casos. La retinoscopia muestra venas tortuosas y dilatadas; las hemorragias retinales son comunes en altitudes mayores a 5 000 m (16 500 pies). La saturación de oxígeno (SaO2) en reposo es típicamente normal en la altitud y presenta poca correlación con el diagnóstico de AMS.
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Diagnóstico diferencial
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El diagnóstico diferencial incluye hipotermia, envenenamiento por monóxido de carbono, infecciones del sistema nervioso central o pulmonar, migraña, deshidratación y agotamiento. En gran parte el diagnóstico está basado en la historia de la subida rápida y los síntomas.
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Cuidados y disposición en la unidad de emergencia
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Los objetivos del tratamiento son prevenir la progresión, interrumpir la enfermedad y mejorar la aclimatación.
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Ponga fin al ascenso adicional hasta que se resuelvan los síntomas. Para el AMS leve, la terapia sintomática incluye un analgésico, como el acetaminofén o un NSAID, y un antiemético, como el ondansetrón, en pastillas que se desintegran, y en dosis de 4 a 8 mg cada 4 a 6 horas por vía oral (PO). El AMS leve usualmente se mejora o se resuelve entre las 12 a 36 horas si se detiene el ascenso.
Una disminución en la altitud de 300 a 1 000 m debería proporcionar rápido alivio de los síntomas. El descenso y el tratamiento inmediatos son los indicados para pacientes con AMS moderado, o si hay un cambio del nivel de conciencia, ataxia o edema pulmonar.
El oxígeno a bajo flujo también alivia los síntomas.
Considere la terapia hiperbárica para la AMS moderada si el descenso no es posible.
La terapia farmacológica para el AMS moderado incluye la acetazolamida 125 a 250 mg en adultos y 2.5 mg/kg en niños, PO dos veces al día, hasta que los síntomas se resuelvan y dexametasona 4 mg PO, IM (intramuscular), o IV (intravenosa) cada seis horas, con una ...