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DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
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Al tomar una historia clínica, considere la ocupación, el tiempo y el mecanismo de lesión, y el dominio de la mano. El examen de todas las lesiones de brazos y manos incluye la inspección en reposo, la evaluación de las funciones motoras, nerviosas y tendinosas, la evaluación de la función nerviosa sensorial y la evaluación de la perfusión. Examine el movimiento activo y la resistencia al movimiento pasivo (véanse tablas 12-1 y 12-2). Examine todas las heridas en busca de posibles lesiones arteriales, nerviosas, tendinosas u óseas, y la posible presencia de cuerpos extraños, desechos o contaminación bacteriana.
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Controle el sangrado para lograr una visualización y evaluación adecuadas de una lesión. Cuando sea necesario, se puede utilizar un manguito de presión arterial manual como un torniquete temporal para lesiones proximales o se puede usar un drenaje de Penrose para las lesiones distales de los dedos, teniendo cuidado de aplicar por periodos limitados. Una vez que se obtiene una visualización adecuada, examine la herida en busca de cuerpos extraños y lesiones en la cápsula articular o en el tendón. Examine la mano y el brazo a lo largo de un rango de movimiento normal, incluso en la posición de la lesión, para evitar la pérdida de lesiones en la estructura profunda que pueden haber salido del campo de visión cuando se examinaron en una posición neutral. Obtenga radiografías anteroposteriores y laterales si se sospechan lesiones óseas, cuerpos extraños radiopacos retenidos o afectación articular.
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CUIDADO Y DISPOSICIÓN DE LA UNIDAD DE EMERGENCIAS
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Limpie e irrigue todas las heridas después de que se proporcione anestesia local apropiada.
Proporcionar profilaxis contra el tétanos como se indica (véase capítulo 16).
Considere la posibilidad de consultar con un especialista de la mano para lesiones complejas o extensas, lesiones que pueden requerir injertos de piel, reparaciones que requieren habilidades técnicamente exigentes, o lesiones que pueden afectar la recuperación de la función.
Los antibióticos profilácticos no son rutinariamente necesarios para las laceraciones de manos sin complicaciones.
Considere los antibióticos para heridas complejas como mordeduras, lesiones de más de 12 horas de antigüedad, heridas contaminadas, huesos expuestos o comorbilidades significativas.
Véanse enseguida las instrucciones de cuidado adicionales para ...