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Los pacientes que se presentan al servicio de urgencias (SU) con dolor torácico u otros síntomas que sugieren una posible isquemia coronaria deben ser catalogados de riesgo sobre la base de la probabilidad de tener un síndrome coronario agudo (SCA). Los pacientes con SCA de baja probabilidad no presentan evidencia objetiva de isquemia coronaria aguda o infarto. Estos pacientes no tienen características de elevación o depresión del segmento ST en un electrocardiograma (ECG) y los biomarcadores cardiacos iniciales no están elevados.
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Después de realizar una historia inicial y un examen físico, el personal de emergencias necesita determinar el número de evaluaciones diagnósticas que debe realizar a un paciente que presenta dolor torácico. Aproximadamente 3 a 6% de los pacientes con diagnóstico inicial de dolor torácico no cardiaco u otro diagnóstico alternativo pueden desarrollar más adelante un episodio cardiaco adverso a corto plazo, lo que hace que la estratificación del riesgo sea un aspecto importante en la toma de las decisiones clínicas.
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Entre los pacientes que se consideran de baja probabilidad para SCA, los aspectos que han demostrado estar asociados con un perfil de bajo riesgo incluyen dolor en el pecho que se describe como pleurítico, posicional, afilado, tipo puñalada, o que se encuentra reproducible. Las características históricas de alto riesgo incluyen dolor en el pecho que irradia al brazo o los hombros; es por esfuerzo, descrito como presión, se acompaña de náuseas o diaforesis, o es similar al dolor cardiaco previo. Sin embargo, incluso los pacientes que presentan características atípicas pueden presentar algún riesgo y la ausencia de características por sí sola no puede excluir completamente la posibilidad de SCA. La enfermedad coronaria significativa es rara en pacientes <30 años de edad, aunque la edad no elimina completamente el SCA como una causa de dolor agudo en el pecho. Además, la respuesta al tratamiento con nitratos, antiácidos o antiinflamatorios no esteroideos no puede confirmar o excluir con fiabilidad el SCA. Enfoque la evaluación inicial para identificar diagnósticos alternativos potenciales y detectar hallazgos que puedan ser consecuentes con la insuficiencia cardiaca u otras condiciones subyacentes.
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Los resultados y el momento de las pruebas cardiacas previas como el ECG, la prueba de estrés y el cateterismo cardiaco, pueden ser útiles para determinar la evaluación apropiada del posible SCA. Por ejemplo, nuevos cambios en el ECG consecuentes con la isquemia cardiaca proporcionan una fuerte evidencia de enfermedad cardiaca subyacente. Por el contrario, un cateterismo cardiaco negativo reciente, sin irregularidades coronarias destacables, se asocia con una incidencia muy baja de infarto de miocardio o SCA, dentro de un periodo de dos años. Los resultados previos de las pruebas de estrés pueden aportar evidencia a la decisión diagnóstica del clínico, pero no pueden confirmar la presencia o ausencia de la enfermedad.
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DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
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La evaluación de los pacientes que se presentan al ...