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INTRODUCCIÓN

La gastroenteritis es un importante problema de salud pública, que representa hasta 20% de todas las visitas de pacientes ambulatorios a hospitales. La mayoría de los niños que acuden al servicio de urgencias debido a vómitos y/o diarrea tiene un trastorno viral autolimitado. Sin embargo, la pérdida de agua y electrolitos puede conducir a la deshidratación clínica y puede provocar un choque hipovolémico o alteraciones electrolíticas que amenazan la vida.

CUADRO CLÍNICO

La evaluación del estado de hidratación del niño es la piedra angular del manejo clínico, independientemente si el padecimiento que se presenta es de vómitos o diarrea (véase tabla 73-1). Los organismos virales, bacterianos y otros organismos infecciosos pueden causar gastroenteritis, y la diseminación ocurre con mayor frecuencia por la ruta fecal a la oral. Los patógenos virales causan enfermedades al invadir el tejido y alterar la capacidad del intestino para absorber agua y electrolitos. Los patógenos bacterianos causan diarrea al producir enterotoxinas y citotoxinas, y al invadir la superficie de absorción de la mucosa del intestino. La disentería ocurre cuando las bacterias invaden la mucosa del íleon terminal y el colon, produciendo diarrea con sangre, moco o pus. La tabla 73-2 enumera los agentes infecciosos comunes, las características clínicas y los tratamientos de la diarrea en los niños. Los bebés corren un mayor riesgo de deshidratación rápida e hipoglucemia, como lo son con enfermedades crónicas, situaciones sociales de alto riesgo o desnutrición.

TABLA 73-1

Puntaje de deshidratación clínica

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

La gastroenteritis aguda es un diagnóstico clínico que se caracteriza por la presencia de tres o más heces diarreicas en un periodo de 24 horas, y puede estar acompañada de vómitos; dolor abdominal, escasamente localizado, y fiebre. Debido a que la deshidratación inducida por la gastroenteritis suele ser isotónica, los electrolitos séricos no son útiles de forma rutinaria, a menos que presenten signos de deshidratación grave o que se administren líquidos de rehidratación intravenosa. La excepción son los bebés en los primeros seis meses de vida, en quienes pueden desarrollarse anomalías significativas de sodio. Se debe controlar con regularidad la glucosa de todos los pacientes con estado mental alterado; la hipoglucemia puede desarrollarse rápidamente en el contexto de vómitos o diarreas prolongadas, en bebés y niños pequeños. Los cultivos de heces están reservados para los casos en los que el niño ha viajado a un país de alto riesgo; tiene fiebre alta o persistente; ha tenido más de 10 deposiciones en las últimas 24 horas o tiene ...

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