++
El trastorno más común del equilibrio de los fluidos en niños que requieren cuidado de emergencia es la deshidratación. La deshidratación es el resultado de un equilibrio de líquido negativo que puede resultar de la disminución de la ingesta de líquidos, aumento en la salida (renal, GI, o pérdidas insensibles de la piel o del tracto respiratorio) o condiciones como sepsis, quemaduras y diabetes.
++
Una historia detallada a menudo sugiere la presencia de alteraciones en líquidos y electrolitos. Los niños con enfermedades crónicas subyacentes están en riesgo particular. La apariencia clínica depende del grado de deshidratación, el ritmo en que se perdió el fluido, y la edad del paciente.
++
Aunque el estándar de oro para evaluar la deshidratación es la comparación del peso antes de la enfermedad con el peso en la presentación en la unidad de emergencia (UE), un peso confiable y reciente antes de la enfermedad rara vez está disponible en la UE. El examen físico puede proporcionar una estimación del grado de deshidratación que generalmente se clasifica como leve, moderado o grave. Los signos y síntomas clínicos de la deshidratación se enumeran en la tabla 81-1. Una excepción importante a la fiabilidad de los signos y síntomas para predecir el grado de deshidratación ocurre en la deshidratación hipernatrémica, cuando la pérdida ocurre principalmente desde los espacios intersticiales e intracelulares y los signos clínicos de depleción de volumen intravascular pueden ser mínimos. En este entorno, sin embargo, la piel puede tener una sensación pastosa característica.
++
+++
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
++
Si está disponible, el déficit de líquido absoluto y relativo puede calcularse a partir del peso antes de la enfermedad: 1 kg de pérdida de peso equivale a 1 L de déficit de líquidos. En ausencia de un peso de comparación confiable antes de la enfermedad, el diagnóstico de la deshidratación se basa principalmente en datos históricos y en ...