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La malaria es una enfermedad protozoaria causada por el género Plasmodium y transmitida por la picadura del mosquito Anopheles. Cinco especies del protozoo Plasmodium infectan a humanos: P. falciparum, P. vivax, P. ovale, P. malariae, y P. knowlesi. Debe sospecharse malaria en pacientes que hayan viajado recientemente a áreas endémicas y se presenten con una enfermedad febril inexplicada.
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La transmisión se produce en grandes áreas de América Central y del Sur, el Caribe, África subsahariana, el subcontinente indio, el sudeste de Asia, el Medio Oriente y Oceanía (p. ej., Nueva Guinea, Islas Salomón). Más de 50% de los casos de malaria en Estados Unidos, incluida la mayoría de los casos debidos a P. falciparum, ha viajado a África subsahariana. La resistencia de P. falciparum a la cloroquina y otros fármacos continúa aumentando y también se han identificado cepas de P. vivax con resistencia a la cloroquina.
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Los esporozoítos del plasmodio primero infectan el hígado, donde ocurre la reproducción asexual en la etapa exoeritrocítica. Durante esta etapa inicial de incubación que, por lo general, dura de 1 a 4 semanas, los pacientes a menudo son asintomáticos. La quimioprofilaxis parcial o la inmunidad incompleta pueden prolongar el periodo de incubación a meses o incluso años. Los primeros signos clínicos de la malaria aparecen durante la etapa eritrocítica, que ocurre cuando la ruptura de hepatocitos libera merozoítos para invadir los eritrocitos. En la infección por P. vivax y P. ovale, no se libera una porción de las formas intrahepáticas, pero permanecen latentes como hipnozoítos, que pueden reactivar una infección de malaria después de meses o años.
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Los primeros síntomas de la malaria son inespecíficos, como fiebre, escalofríos, malestar general, mialgias y dolor de cabeza. Los enfermos también pueden referir dolor en el pecho, tos, dolor abdominal o artralgias. Luego, los pacientes desarrollan fiebre alta, seguido por diaforesis y agotamiento cuando la fiebre disminuye. Clásicamente, los ciclos de fiebre y escalofríos seguidos de profusa diaforesis y agotamiento ocurren en intervalos regulares, lo que refleja la hemólisis continua e intermitente de los eritrocitos infectados.
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Los hallazgos del examen físico son inespecíficos. Durante un paroxismo febril, la mayoría de los pacientes parece tener una enfermedad aguda, con fiebre alta, taquicardia y taquipnea. Son comunes la esplenomegalia y la sensibilidad abdominal. En infecciones por P. falciparum, a menudo ocurren hepatomegalia, edema e ictericia escleral.
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Las infecciones causadas por cualquier especie de Plasmodium pueden provocar hemólisis con anemia, esplenomegalia y posible ruptura esplénica. También pueden ocurrir infecciones de malaria intensas o complicadas, y que generalmente se deben a P. falciparum. En infecciones intensas pueden aparecer la postración, anemia grave, acidosis, hipoglucemia, insuficiencia renal aguda, síndrome de dificultad respiratoria aguda, edema pulmonar, ictericia, choque y coagulación intravascular diseminada. La malaria cerebral se caracteriza por somnolencia, coma, delirio y convulsiones. En el ...