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Al escribir recetas, use el inglés (en Estados Unidos) o el idioma dominante del paciente. El latín ya no es el idioma internacional de la medicina, pero varias abreviaturas comúnmente usadas se derivan del uso obsoleto del latín y persisten en la escritura de recetas. Evite usarlas. Non utuntur latini.
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Algo de latín parece firmemente arraigado en la práctica farmacéutica. Se dice que "Rx" es una abreviatura de la palabra latina recipere, que significa "tomar" o "tomar así", como una indicación dirigida a un farmacéutico, que precede a la "receta" del médico para preparar un medicamento. La abreviatura "Sig" para la palabra latina Signatura, se usa en la receta para marcar las instrucciones de administración del medicamento.
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¿Quién puede recetar medicamentos?
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La receta escrita en Estados Unidos está regulada por las juntas estatales de farmacología. En muchos estados, los profesionales de la salud que no sean médicos MD y DO pueden escribir recetas, aunque en algunos casos se excluyen los narcóticos. Los dentistas con licencia, los podólogos, los asistentes médicos (PA, physician's assistants), los profesionales de enfermería, los farmacéuticos y los psicólogos clínicos pueden recetar medicamentos bajo diversas circunstancias.
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La receta consiste en una superscripción, la inscripción, la suscripción, el signa y el nombre y firma del prescriptor, todos ellos contenidos en una sola forma (figura AI-1). La superscripción incluye la fecha en que se escribió la receta, el nombre, dirección, peso y edad del paciente y el Rx (tomar). El cuerpo de la receta, o inscripción, contiene el nombre y la cantidad, o la potencia, del medicamento a dispensar, o el nombre y la potencia de cada ingrediente que se combinará.
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La suscripción es la instrucción al farmacéutico, que generalmente consiste en una frase corta, como "dispensar 30 tabletas". El signa o "Sig" es la instrucción para el paciente sobre cómo tomar la prescripción, interpretada y transpuesta en la etiqueta de prescripción por el farmacéutico. En Estados Unidos, las recetas siempre deben redactarse en inglés. Muchos médicos siguen utilizando abreviaturas latinas, como "1 cap tid pc". Esto lo interpretará el farmacéutico como "tomar una cápsula tres veces al día después de las comidas". Sin embargo, el uso de abreviaturas latinas para estas instrucciones sólo confunde la prescripción y se desaconseja. El farmacéutico siempre debe escribir la etiqueta en inglés (o, según corresponda, en el idioma del paciente). El uso de tales abreviaturas o símbolos es una práctica confusa; muchos errores graves de dispensación se pueden atribuir al uso de abreviaturas.
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Evite la instrucción "tomar según las indicaciones". Dichas instrucciones presuponen una comprensión por parte del paciente que puede no realizarse y son inadecuadas para el farmacéutico, quien debe determinar la intención del médico antes de dispensar el medicamento. Incluir indicaciones proporciona una medida adicional de seguridad para el paciente porque el farmacéutico puede confirmar que se está dispensando la medicación correcta para el régimen prescrito. Las mejores instrucciones para el paciente incluirán un recordatorio del propósito del medicamento al incluir frases como "para aliviar el dolor" o "para aliviar la picazón". La ruta correcta de administración se ve reforzada por la elección de la primera palabra de las instrucciones. Para una forma de dosificación oral, las instrucciones deben comenzar con tomar o administrar; para productos aplicados externamente, la palabra aplicar; para supositorios, insertar, y para las gotas oculares, auditivas o nasales, colocar es preferible a "instilar".
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Inclusión de datos sobre el paciente y cálculos de dosis
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El nombre y la dirección del paciente son necesarios en la orden de prescripción, para garantizar que el medicamento correcto sea para el paciente adecuado, y también para la identificación y el mantenimiento de registros. Para los medicamentos cuya dosificación implica un cálculo, los datos pertinentes del paciente, como el peso, la edad o el área de la superficie corporal, también deben figurar en la receta; tanto la dosis calculada como la fórmula de dosificación utilizada, como "240 mg cada 8 h (40 mg/kg/d)" deben incluirse para permitir que otro profesional de la salud verifique dos veces la dosis prescrita. Los farmacéuticos siempre deben volver a calcular las ecuaciones de dosificación cuando llenen dichas prescripciones. Los pedidos de medicamentos en hospitales y algunos entornos clínicos, como los de antibióticos o medicamentos anticonvulsivos que a veces son difíciles de dosificar adecuadamente (p. ej., fenitoína), pueden especificar el diagnóstico del paciente y el fármaco deseado, y solicitar la dosificación del farmacéutico clínico. Esto se hace comúnmente para medicamentos con un potencial de efectos adversos significativos como la vancomicina.
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Uso apropiado del recetario
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Los espacios en blanco en el recetario normalmente están impresos con un encabezado que indica el nombre del médico y la dirección y el número de teléfono del sitio de práctica (figura AI-1). Al usar formularios institucionales que no contienen la información del médico, este siempre debe colocar su nombre y número de teléfono en la cara de la receta para facilitar la comunicación con otros profesionales de la salud si surgen interrogantes.
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Todas las recetas deben redactarse con tinta; esta práctica es obligatoria para las prescripciones de la categoría II (p. ej., narcóticos) bajo la CSA de Estados Unidos de 1970 (véase el cuadro AI-1 y las sustancias controladas, más adelante en este apéndice).
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CUADRO AI-1 Categorías de sustancias controladas
Categoría I (p. ej., heroína, metilendioximetanfetamina, dietilamida del ácido lisérgico, mescalina y todas sus sales e isómeros):
Alto potencial de abuso.
Ningún uso médico aceptado en Estados Unidos o falta de seguridad aceptada para su uso en el tratamiento en Estados Unidos. Puede ser utilizado con fines de investigación por personas debidamente registradas.
Categoría II (p. ej., morfina, oxicodona, fentanilo, meperidina, dextroanfetamina, cocaína, amobarbital):
Alto potencial de abuso.
Tiene un uso médico actualmente aceptado en Estados Unidos.
El abuso de sustancias puede conducir a una dependencia psicológica o física grave.
Categoría III (p. ej., esteroides anabólicos, nalorfina, ketamina, ciertas sustancias de la categoría II en supositorios, mezclas o cantidades limitadas por unidad de dosificación):
Potencial de abuso menor que las sustancias en las categorías I o II.
Tiene un uso médico actualmente aceptado en Estados Unidos.
El abuso de sustancias puede llevar a una dependencia física de moderada a baja o una alta dependencia psicológica.
Categoría IV (p. ej., alprazolam, fenobarbital, meprobamato, modafinilo):
Potencial de abuso menor que las sustancias en la categoría III.
Tiene un uso médico actualmente aceptado en Estados Unidos.
El abuso de sustancias puede conducir a una dependencia física o psicológica limitada en relación con las sustancias de la categoría III.
Categoría V (p. ej., buprenorfina, productos que contienen una dosis baja de un opioide más un ingrediente no narcótico como jarabe para la tos con codeína y guaifenesina, tabletas antidiarreicas con difenoxilato y atropina):
Bajo potencial de abuso en relación con la categoría IV.
Tiene un uso médico actualmente aceptado en Estados Unidos.
Algunos productos de la categoría V pueden venderse en cantidades limitadas sin receta a discreción del farmacéutico; sin embargo, si un médico desea que un paciente reciba uno de estos productos, es preferible proporcionar una receta.
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La fecha de la receta es una parte importante de la historia clínica del paciente, y puede ayudar al farmacéutico a reconocer posibles problemas. Por ejemplo, cuando se receta un opioide para el dolor debido a una lesión y la receta se presenta a un farmacéutico 2 semanas después de la emisión, es posible que ya no se indique el medicamento. Cuando el tratamiento con opioides debe incluir periodos más largos que el cubierto por la primera receta, se puede emitir una segunda receta con una fecha de "no llenar antes". La conducta de conformidad también se puede estimar utilizando las fechas en que se completa y vuelve a llenar (o volver a emitir) una receta. Al escribir la receta original, el médico debe designar la cantidad de reposiciones permitidas o no marcar. Para los medicamentos de mantenimiento sin potencial de abuso, es razonable escribir para un suministro de un mes y marcar el formulario de prescripción para que las reposiciones se dispensen durante un periodo suficiente para suministrar al paciente hasta la próxima visita programada al médico. Una afirmación como "reponer prn" (reponer según sea necesario) no es apropiada, ya que podría permitir al paciente utilizar mal el medicamento o descuidar las citas médicas. Si no se desean reposiciones, se debe escribir cero (no "0") o ninguno en el espacio de reposición para evitar la alteración de la intención del prescriptor. Las reposiciones para sustancias controladas se analizan en el acápite "Reposiciones para sustancias controladas".
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La preocupación por el aumento del costo de la atención médica ha favorecido la distribución de los llamados medicamentos genéricos. A un fármaco se le llama por su nombre genérico (en Estados Unidos, éste es el USAN) o el nombre comercial utilizado por el fabricante, también conocido como marca registrada, nombre comercial o marca comercial. En la mayoría de los estados de Estados Unidos, los farmacéuticos tienen la autoridad para dispensar medicamentos genéricos en lugar de aquellos de marca. El médico puede solicitar que el farmacéutico no sustituya un medicamento genérico por uno de marca, indicando esto en la receta ("no lo sustituya"), lo cual generalmente es innecesario porque la FDA de Estados Unidos exige que los medicamentos genéricos cumplan con los mismos estándares de seguridad y eficacia que sus contrapartes de marca. Los estándares de bioequivalencia son un desafío para la puesta en práctica de medicamentos más nuevos, como los biológicos (Bate et al., 2016) pero son críticamente necesarios. Tanto los medicamentos de marca como los genéricos son cada vez más escasos (Mazer-Amirshahi et al., 2014).
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En algunas jurisdicciones no se pueden dispensar recetas con un medicamento genérico sustitutivo a menos que esté específicamente permitido en la misma. Las ocasiones en las que no se alienta la sustitución por medicamentos genéricos se limitan a productos con sistemas de distribución especializados o índices terapéuticos estrechos, o cuando la confusión sustancial del paciente y el posible incumplimiento pueden estar asociados con la sustitución.
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Elección y cantidad de producto farmacéutico dispensado
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La elección inapropiada de un fármaco por parte de los médicos es un problema para la prescripción. Los médicos deben confiar en fuentes imparciales cuando busca información sobre medicamentos, lo que influirá en sus hábitos de prescripción; el uso de la literatura médica original y de los recursos en línea, como las revisiones probatorias Cochrane (http://www.cochrane.org), asegurarán la instrucción del mejor juicio del prescriptor. La cantidad de un medicamento que se debe dispensar debe indicarse claramente y sólo debe ser la que necesita el paciente. Nunca se deben dispensar cantidades excesivas porque esto no sólo es costoso para el paciente sino que también puede llevar a la acumulación de medicamentos, lo que puede ocasionar daños al paciente o a los miembros de su familia, si se usan de manera inapropiada. Es mejor solicitar varias renovaciones de una receta que prescribir y dispensar más de lo necesario a la vez.